1. Me come un maduro, yo solo gocé


    Fecha: 22/05/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: MikeFed, Fuente: CuentoRelatos

    ... puedas resistirte? No soy tan linda como tu mujer.
    
    —No, pero tenés algo… especial. Sensual o mejor dicho, sexual. Segura de sí misma, cómoda entre bebes con los que juega a voluntad.
    
    —Y vos sos un hombre.
    
    —Exacto, que cree que puede hacer pasar un buena noche a una mujer como vos. Humildemente lo digo.
    
    —No noto mucha humildad en vos.
    
    Nos sirvieron el primer plato y el me miraba, no hablábamos casi.
    
    —Tengo ganas de sentarte en la mesa, separarte las piernas y chuparte toda. Me dijo provocando que me ahogue con lo que estaba tragando. Y acto seguido, que mi concha se humedezca de inmediato.
    
    —No creo que a la gente que nos rodea le moleste si lo haces. Dije desafiante.
    
    —No tengo problemas entonces y se fue a poner de pie cuando lo detuve.
    
    —No, para. Estás loco.
    
    No dijo nada y seguimos comiendo. No volvimos a hablar. Entro un muchacho vendiendo flores y le hizo una seña. Le compró un ramo de violetas.
    
    —Me encantan las violetas, sos especiales, su color, su aroma. Son como una mujer ante su hombre, bien abierta. Me dijo y me las dio.
    
    —Sos tremendo.
    
    Luego del postre hizo una llamada que no llegue a escuchar, trajeron dos copas de champagne para que brindemos y nos dispusimos a irnos.
    
    —Ya le traigo el auto Sr. Fredy.
    
    —No te preocupes, lo buscamos.
    
    —Como guste. Aquí tiene las llaves.
    
    Fuimos al estacionamiento y su auto estaba al fondo. Cuando estábamos junto al auto, me tomo en sus brazos y me dio un tremendo beso, que respondí ...
    ... con todo. Me tomo de la mano, fuimos a la trompa del auto, me levanto el vestido mini que tenía, me saco la tanga y me acostó en la trompa. Todo en segundos. Cuando reaccione estaba chupándome la concha como un hijo de puta. Me volvió loca al instante. Su lengua me recorría del orto al clítoris, entraba en mi concha y me daba un placer tremendo. Yo empecé a gemir con todo. Apretaba su cabeza y lo insultaba. Fueron no más de cinco minutos de locura total hasta que me hizo tener un orgasmo que me dejo temblando.
    
    —Hijo de puta. Le dije.
    
    —No terminé. Dijo y me puso boca abajo, con las piernas colgando en el capot.
    
    Sentí que su pija me penetraba hasta el fondo, se sentía de muy buen tamaño y por como yo estaba mojada, entro fácil. Todavía el capot estaba tibio por el motor, mi cara apoyada en él y mis brazos extendidos. Fredy me bombeaba como animal. Yo había vuelto a excitarme con todo, nunca me habían cogido en un estacionamiento, a la vista de todo el mundo, sobre el capot de un auto. Lo quería matar, pero al mismo tiempo que no deje de cogerme.
    
    Estallo dentro de mi concha, su semen me quemaba y me provocaba otro orgasmo. Se salió, me ayudo a pararme, y me dio otro tremendo beso.
    
    —Hijo de puta. Me cogiste bien cogida.
    
    —Es solo el principio.
    
    Levante mi tanga que había quedado en el suelo y la guarde en mi cartera. Con pañuelitos de papel me limpie el semen que caía por mis piernas.
    
    Me abrió la puerta del auto y partimos.
    
    —¿Volvemos a la cena? Puede que ...