1. Me come un maduro, yo solo gocé


    Fecha: 22/05/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: MikeFed, Fuente: CuentoRelatos

    ... lleguemos para el postre.
    
    —Ni se te ocurra.
    
    Siguió manejando y llegamos al mejor hotel de la ciudad. Una torre de 50 pisos. Estacionó en la puerta, entrego las llaves y entramos.
    
    —Sr. Fredy, buenas noches. La suite esta lista tal como pidió. Dijo un hombre apenas entramos y le entrego la tarjeta de una habitación.
    
    El ascensor iba directo al último piso. Bajamos y entramos a una Suite impresionante. El cerro lo puerta y haciendo que apoye mi espalda en ella me partió la boca de un beso. Me abrazo, y juntos fuimos a un equipo de audio, puso un pendrive y otra vez música soul muy tranquila empezó a sonar.
    
    En una mesa había un balde con champagne, una caja de bombones y un plato con cerezas al marraschino.
    
    Lo siguiente fue estar desnudos en la cama besándonos como locos. Me acariciaba los pechos, apretándolos mientras me besaba, sus dedos jugaban con mi clítoris sin parar, su boca, en mi boca, mi cuello, mis orejas. No paraba un segundo.
    
    Me puso boca abajo como si yo fuera una muñeca de trapo. Sentí que un líquido caía en mi espalda y luego su lengua que siguiendo el camino del líquido me limpiaba por completo. Era todo lujuria, desenfreno. Separo mis piernas y más liquido cayo en la raya de mi culo.
    
    Su lengua, caliente, dañina, comenzó a jugar con mi orto, que aunque ya usado, no me gustaba entregar. Pero esa lengua hacía estragos en mi cerebro. Empecé a desear que me penetrara por completo, que me sodomice pero en cambio me hizo poner de rodillas, y ...
    ... tomando la botella de champagne, me ofreció a tomar del pico. Acepte y parte del champagne caía en mi cuerpo.
    
    Se puso detrás de mí y me penetro la concha, mientras sus manos me mantenían contra su pecho y acariciaban mis tetas y mi clítoris. Yo a esta altura gritaba de placer como una marrana. Los orgasmos no paraban al contrario, cada vez eran más cercanos. Yo extendía mis brazos agarrando su cabeza mientras me besaba el cuello y orejas sin parar.
    
    Así, de rodillas, penetrada por detrás, siendo franeleada y besada fue que acabó dentro de mí. Bajó de la cama y tomándome en sus brazos me llevo a baño, abrió la ducha y los dos nos bañamos mientras nos besábamos. Estuvimos un rato bajo el agua. Nos pusimos las batas de toalla y chorreando salimos del baño.
    
    Sirvió dos copas de champagne, tomo la caja de chocolates y tomados de la mano fuimos al balcón de la suite. La temperatura era espectacular. Dos sillones y una mesa sirvieron para que nos recostemos y dejemos las cosas.
    
    —Como me gusta como gozas, sos espectacular. Me dijo.
    
    —¿Yo gozo? Vos me haces gozar como loca, sos un hijo de puta.
    
    —Pero vos te dejas dar placer, es todo más fácil así.
    
    —Me cogiste en un estacionamiento, sobre el auto. Ahora, aquí, como animal, de rodillas. Falta que me ates.
    
    —¿Querés?
    
    —Hijo de puta. Ni se te ocurra.
    
    Fue decirle eso y que tome el cinto de su bata, me ponga de espaldas y ate mis muñecas en mi espalda.
    
    Otra vez, era una muñeca de trapo. Se recostó en el sillón y me ...