1. La honrada dueña de una casa de putas


    Fecha: 23/05/2024, Categorías: Incesto Autor: Kiko, Fuente: CuentoRelatos

    ... y...
    
    -Es una historia muy larga.
    
    Felisa le echó la mano a las llaves del contacto para arrancar el coche. Sandro le dijo:
    
    -Por un momento pensé que iba a perder la virginidad contigo.
    
    Lo miró con cara de asombro y le preguntó:
    
    -¡¿A los veintiún años aún eres virgen?!
    
    -Sí.
    
    -Me acabas de dejar de perpleja.
    
    -Cuéntame la historia esa, así harías tiempo. Cuanto más tardes en volver a casa más pensará que lo estás engañando y más sufrirá. A lo mejor mientras lo cuentas acabas haciéndolo.
    
    Felisa le dijo con sorna:
    
    -Sí, seis o siete veces.
    
    -O más. ¿Si te comiera el coño sería meterle los cuernos?
    
    -¿Siendo virgen has comido algún coño?
    
    -Comí un par de ellos y...
    
    No le dejo acabar de hablar.
    
    -¿Se corrieron?
    
    -Sí, se corrieron las dos.
    
    Felisa cogió un cigarrillo rubio mentolado, lo encendió y le dijo:
    
    -Olvídate de comerme el coño y de perder la virginidad conmigo. Te voy a contar la historia de mi casa de putas, pero lo haré para hacer tiempo y así hacer que tu tío sufra.
    
    Felisa comenzó a hacer tiempo, pero para follar a su sobrino. La historia se la contó más o menos de esta manera:
    
    -Mi bisabuela Vicenta era una mujer que no llegaba al metro cincuenta de estatura. Vestía de negro porque había enviudado, y lo había hecho cuando mis abuelos todavía eran pequeños. La mujer trabajaba de sol a sol para darles lo necesario. En fin, los años pasaron y la mujer ya no se deslomaba tanto, pues mi abuelo Roberto y mi abuela ...
    ... Beatriz se hicieron mayores y ayudaban a la economía familiar trabajando al jornal.
    
    Sandro abrió la ventanilla del coche, le cogió un cigarrillo y le dijo:
    
    -Lo típico.
    
    Felisa le dio fuego y siguió hablando.
    
    -Sí, una tarde de sábado Vicenta volvía de lavar la ropa en el río y encontró con su hija Beatriz de pie apoyada con las manos en la pared, con la falda levantada y con su hijo Roberto cogiéndola por la cintura y dándole al culo cómo si fuera un conejo. Puso la bañera con la ropa encima de la mesa y les dijo:
    
    -"¡¿No os da vergüenza?!
    
    -Dejaron de follar. Beatriz subiendo las bragas, le dijo a su madre:
    
    -"Estamos practicando para ser puta y puto, mamá, pero la verdad es que tu hijo no creo que valga para puto, ya que esta es la décima vez que practicamos y aún no me he corrido.
    
    -Roberto guardó la polla y le echó la culpa a su hermana.
    
    -"Es muy lenta."
    
    -Vicenta vio una mina de oro en la idea de sus hijos y decidió enseñarles a follar. Les preguntó:
    
    -"¿Seguro que queréis dedicaros a eso?"
    
    -Asintieron con la cabeza.
    
    -"Vamos para mi cama, pero antes que uno le pase la tranca a la puerta."
    
    -Roberto fue a cerrar la puerta y después se unió a su madre y a su hermana. Ya en la cama, Vicenta, con dos dedos le abrió el coño peludo a Beatriz, que estaba desnuda, puso un dedo sobre el clítoris, miró para Roberto, que también estaba desnudo, y le dijo:
    
    -"Esta cosa tan pequeña es la que hace que una mujer se corra más fácil."
    
    -"¿Cómo se ...
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