La zorra de Viviana: Origen
Fecha: 23/05/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Ignacioshow, Fuente: CuentoRelatos
Han pasado como 12 años qué conocí a esa mujer que con el tiempo se transformó en una verdadera zorra, es feo decir esas palabras a una mujer, pero realmente esa transformación de personalidad e inclusive física hace una premia distinción. Todo tiene origen en aquella noche de día sábado, había estado en una junta con amigos de la universidad, yo ya había egresado de la casa de estudios hace dos años, me había comprado mi primer auto, me vestía con ropa más producida para fiestas, jeans a la moda y poleras con cuellos abiertos, muy estilosas. En especial, en dicha noche me vestí con una polera verde, estampada de una silueta de una cara de una mujer que hacía que la remera estuviese muy a la moda mostrando un poco mis pectorales, además de unos jeans azules y zapatillas de caño alto color marrón. Toda la vestimenta se ajustaba al cuerpo, mido casi un metro ochenta y de envergadura delgada pero corpulenta, puesto que siempre he realizado ejercicios durante toda la vida.
Era abril, por entonces no hacía tanto frío y sobre todo si se iba a bailar en una discoteca, al estar encerrado y con mucha gente se generaba mucho calor.
En aquel lugar, conocí bailando a Viviana, quién tenía 21 años y yo por ese entonces 24. Ella de textura blanca, pelo castaño suelto y nariz respingada, con unos labios sensuales y ojos de color verde, contextura delgada que provocaba su hermosura, medía aproximadamente 1,63 metros y 59 kilos. En ese entonces tenía medidas cercanas de 88-62-108, ...
... todavía no se operaba los pechos, que en el día de hoy con sus cirugías son muy llamativos en relación a su cuerpo. Retomando con la historia, Viviana vestía unos jeans azules ajustados y una blusa floreada que traslucía sus pechos que se realzaban con los rellenos del sostén. Usaba unos tacos bajos, y que realzaba su figura y aún más su cola, que en ese entonces mi mirada no la había cautivado en su plenitud.
De un momento a otro, con unas copas de más por ambos, empezamos a bailar el reggaetón cada vez más apretado, hasta que nos dimos unos besos casuales en la boca. Se terminó la música, hasta que nos tuvimos que ir, le dije que la pasaba a dejar en auto a su casa y ella accedió, a pesar de que estaba con sus amigas. En el trayecto, nos íbamos besando en cada semáforo rojo, sus besos eran muy ricos con su lengua jugando con la mía y producían cosas en mi, sentimientos muy agradables y placenteros. Mi comportamiento fue muy caballeresco y respetuoso hacia ella, al llegar afuera de su condominio, nos compartimos los números de celulares, y nos despedimos con un beso, esperé que entrara a su casa y de allí me fui a mi hogar. En todo instante con ella, fui ameno y muy tierno, sólo nos dimos besos y mi mano sólo llegó hasta su cintura cuando bailamos.
Salimos con Viviana un par de semanas, entre lugares de comidas y bares, hasta que un día me sentí cómodo y le pedí pololeo, hasta ese entonces nunca nos habíamos acostado, sólo hubo breves toqueteos y un par de besos ...