1. Primeras experiencias de mi sumiso con una fucking machine


    Fecha: 30/05/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: DominAma, Fuente: CuentoRelatos

    Era uno de tantos viernes en los que ambos teletrabajábamos. Mi jornada laboral había pasado volando entre reunión y reunión, pero desde el primer momento del día pude sentir que tenías ganas de mí.
    
    El ritual de esa mañana había empezado como cada día desde que vivimos juntos. Mi obligación matutina es despertarme media hora antes que tú, colarme debajo de las sábanas y lamer tus pies, tus piernas… y tu coño hasta que te corres. A veces una vez. Pero esa mañana estabas con ganas de mí, y no me dejaste salir de las sábanas hasta que te corriste cuatro veces prácticamente consecutivas.
    
    Al terminar, tiraste de mi collar (única prenda que uso para dormir), y me besaste. Uno de esos besos que hablan. Esos besos que expresan felicidad, satisfacción, orgullo y agradecimiento. Estuvimos un rato besándonos y abrazándonos y al rato te diste cuenta que se nos estaba echando la mañana encima y me dijiste:
    
    “Bonita, sal de la cama desnuda como estás y prepárame el desayuno. Tengo una reunión a las 9.30, y tú no tienes nada hasta las 10, así que espabila mientras voy desperezándome”.
    
    Excitado como estaba, salí de la cama y me dirigí a cumplir tus órdenes. Adoro obedecerte en todo momento y en todo lugar. Como te digo muchas veces, voy a obedecerte en todo. Siempre. Y aquella era una orden cotidiana, así que feliz de la vida, preparé todo y me acerqué a la habitación para decirte que el desayuno estaba todo listo.
    
    Al acercarme a la habitación escuché tus gemidos y con una ...
    ... sonrisa, aceleré el paso para acercarme a ti. Entré y te vi desnuda, tumbada boca arriba con las piernas flexionadas y con el vibrador que te regalé a máxima potencia entrando y saliendo de ti a toda velocidad. Con la voz ahogada y ronca, me diste una orden muy sencilla:
    
    “Ven aquí ahora mismo, zorra. Colócate a mis pies y lame hasta que me corra”.
    
    Sin dudarlo, hice lo que ordenaste, y después de lamer tus pies un buen rato, te corriste de forma muy intensa. Al terminar, agarraste mi cabeza y la dirigiste a tu entrepierna. Lamí tu coño, tus piernas, tu culo y las sábanas por quinta vez esa mañana, y me di cuenta de que ninguno de los dos tendríamos tiempo para desayunar. Bueno, en cierto modo, yo había desayunado varias veces esa mañana… ¡y menudo manjar!
    
    Al terminar de limpiarte volviste a tirar de la correa y acercarme a ti, y cuando me disponía a besarte me diste un buen bofetón y me llamaste zorra. Luego otro. Y otro. Y otro. Y cuando tenía la cara preparada para la siguiente bofetada, escupiste entre mis ojos y dijiste.
    
    “Zorra viciosa. Tengo muchas ganas de ti. Me pones muy cachonda, puta”.
    
    Y sin más, te pusiste una camiseta larga y bajamos a desayunar de la mano, como lo que somos. Dos enamorados que desean exprimir cada minuto de cada día.
    
    Miraste el reloj y viste que casi era la hora de tu primera conference call, así que te colocaste un poco tus rizos, te sentaste en la mesa de la cocina, encendiste el portátil y señalaste tus pies con tu dedo índice. Te ...
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