Con la sorpresa dentro
Fecha: 30/05/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Arandi, Fuente: CuentoRelatos
... pretendía al tener sexo con aquel hombre era exclusivamente quedar embarazada. Aquí hay que decir que Estela, al igual que mi esposa, ya deseaba hacerlo desde hacía tiempo, es decir embarazarse. Sólo que en nuestro caso no lo habíamos conseguido pese a nuestros intentos. En el caso de Estela la razón era diferente, Ricardo, su esposo, se oponía a tener hijos. Él estaba convencido que ser padre sólo le acarrearía problemas y no deseaba una vida así.
Estela, sin embargo, estaba obstinada en tener un hijo pese a las negativas de su cónyuge, y allí estaba el motivo de sus frecuentes discusiones. Maly y yo, en cambio, sí estábamos de acuerdo, pero no lo habíamos logrado. Incluso recurrimos a un tratamiento hormonal, lo que sólo elevó su apetito sexual y justo fue cuando yo tuve que salir del país. Claro que en ese momento no pensé siquiera que la cuarentena me iba a dejar lejos de mi hogar por tanto tiempo.
Dos mil veinte cambió nuestras vidas; pocas veces algo nos afecta así, de forma tan global como ha ocurrido con esta pandemia. De una u otra forma a todos nos afectó. De pronto te das cuenta que hubo un tiempo pre-pandemia, en el que antes vivías, el cuál a estas alturas consideras como “la normalidad”, y que era una época muy diferente a la que ya estás viviendo ahora.
Yo no entiendo por qué no hicieron la cuarentena desde un inicio, en el lugar específico donde todo comenzó, en vez de hacerlo cuando el virus ya se había diseminado por el mundo. Y mucho menos ...
... comprendo por qué justo me tocó aquella locura cuando estaba lejos de casa, dejándome atrapado en un país extranjero sin poder regresar por meses. Pero qué carajos, así fue.
Había dejado a mi esposa en un estado emocionalmente lamentable, la dejé sola, lo sé, pero qué podía hacer.
Me comunicaba con Maly tan frecuentemente como podía. Junto con ella lamenté nuestra situación, pues bien sabía que en ese momento le hacía falta. Ambos nos necesitábamos.
En tales condiciones ella se apoyó en Estela como única compañía y la veía frecuentemente. Esto fue lo peor, lo que propició todo. Y es que ya sabiendo lo que estaba haciendo la condenada “Estelita” ustedes podrán adivinar por qué digo esto.
Según mi esposa, en una visita que le hizo Estela, ésta le informó que ya estaba encinta.
“¿Y es de...?”, le preguntó mi mujer, obviamente refiriéndose al amante y no al marido.
“Sí, por supuesto, Ricardo jamás me lo hubiera hecho. Prefería gastar en preservativos con tal de no arriesgarse a que yo hubiese dejado los anticonceptivos. Cosa que hice, desde luego”, le respondió Estela con una sonrisa en el rostro.
“¿Pero ahora qué vas a hacer? ¿Cómo le explicarás a Ricardo que...?”
“Le diré que tomé su esperma de un preservativo usado y que así me embaracé, que estaba tan desesperada que así lo hice. O quizás mejor, le pincharé uno y cuando eyacule verá que se ha roto..., no sé, algo se me ocurrirá. Ay, después de todo si hice esto fue por su culpa. Si tan sólo hubiese cedido no ...