1. Humillando a mi sumiso con un invitado


    Fecha: 01/06/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: DominAma, Fuente: CuentoRelatos

    ... Giro sobre mí misma sin ánimo de separarme de él, y os presento. No habría necesidad, sabe perfectamente quién eres y tú sabes quién es él. Tu mirada permanece en mí y en el brazo que me tiene atrapada, alternativamente. El juguete me dice lo estupenda que estoy, y contenta le digo que has sido tú quien ha elegido mi ropa. Con un "qué buen gusto, puta" te da las gracias.
    
    Le pregunto si quiere tomar algo pero declina amablemente el ofrecimiento. Solo quiere una cosa, y me la dice al oído apretándome contra su cuerpo, deslizando su mano por mi espalda desnuda hasta llegar a mi nuca, por dónde me pasa suavemente sus dedos. Suelto una carcajada algo exagerada. Notas que estoy tonteando y eso te humilla, te duele. Me separo de ti, le cojo de la mano y moviendo exageradamente mis caderas, le llevo al sofá. A ese sofá en el que tú y yo hemos estado mil veces.
    
    Nos sigues en silencio y te sientas a mi lado, quedando yo entre vosotros. Charlamos un rato, aunque lo sabemos todo sobre nosotros. Le explico que es la primera vez que vivimos esto juntos, y que me gustaría que no lo olvidarás jamás. A él eso no le parece importar
    
    Aprovecha que me giro hacia ti mientras lo digo para lanzarse sobre mi cuello. Suspiro mientras te miro, y lo toma como una petición de más. Mientras mi mano se cuela bajo tu falda y te acaricia despacio la pollita (que ya ha asomado empapada por un lateral de las bragas), él me acaricia y aprieta las tetas sobre el vestido, y mis pezones reaccionan al ...
    ... instante. Lo nota y baja a por ellos con su boca, apartando la tela de forma brusca. Los lame y succiona, y mis gemidos, hasta entonces discretos, se ven silenciados por un grito ahogado cuando me los muerde y aprieta con más vehemencia. También a ti te coge por sorpresa y te sorprendes susurrando un "despacio, por favor" que solo yo alcanzo a escuchar. Hasta el momento habías permanecido en silencio, con la mandíbula apretada, viendo el recorrido de ese hombre por la parte superior de mi cuerpo, sus caricias, su boca deslizándose desde el cuello, los hombros, bajando hacia mí pecho, precedido por su mano… Y con la otra se masajeaba la entrepierna, apretando con ganas.
    
    Después de tu ruego, pudiste leer en mis labios un "a mis pies" que no tardaste ni un segundo en cumplir. Subí uno de mis pies a tu boca y fui poco a poco bajándolo, dejando que tú lo hicieras conmigo. Me encanta sentirte dedicado a mis pies, ver cómo besas y lames cada rincón de mis sandalias. Llevas así unos minutos cuando escuchas mi voz:
    
    Pedro, mi amor, enséñale cómo lo haces a nuestro invitado, pero descálzalo primero.
    
    No lo dudas. Te separas con pena de mis tacones y te desplazas unos centímetros hasta quedar a los pies del juguete. Dejas sus zapatos y sus calcetines a un lado, y empiezas a besar sus pies. No tienen nada que ver con mi talla 37 bien cuidada, pero te dedicas a ellos como si fueran los míos. Los besas y los lames con ganas, sabes que te estoy mirando. Tu lengua juega entre sus dedos y ...
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