1. Soltero por un fin de semana (Parte I)


    Fecha: 07/06/2024, Categorías: Incesto Autor: vule69, Fuente: CuentoRelatos

    ... La Val, invitó a sus amigas de la iglesia a un retiro en nuestra casa, porque la casa parroquial está arrendada a unos locos que organizan fiestas tecno… y… no quiere que esté ahí… qué me dices, bro?
    
    Yo: ok… tengo visitas, pero te quedas en el cuarto de Pablo…
    
    Ernesto: gracias amigo, llego después de las 7… qué llevo?
    
    Yo: tequila…
    
    Ernesto: anotado… nos vemos.
    
    En la calle el termómetro no pasaba de los 18 grados, pero dentro de la casa la temperatura alcanzaba unos agradables 24ºc… Pasadas las dos de la tarde llegaron mi prima y su marido. Tras abrir la puerta todo lo que daba me quedé boquiabierto… La Feña estaba espectacular…
    
    Debajo del voluminoso abrigo que llevaba encima, iba ataviada con un vestido suelto de viscosa, sujeto al cuello por finos pabilos que terminaban su recorrido en un generoso escote. Color rojo italiano le bajaba, vaporoso, hasta medio muslo, luciendo sin pudor y un mal disimulado orgullo, pues no tenía sostén, cada una de sus femeninas y bien formadas curvas… Nos fundimos en un apretado abrazo que me permitió sentir sus bien puestas tetas.
    
    Feña: -saltando sobre mí y abrazándome con vigor- primooo. Tantas lunas sin vernos… cómo has estado… para qué te pregunto, te ves genial… oye, recuerdas a Claudio, cierto?
    
    Yo: -posándole mis manos apenas por sobre donde comenzaban su hermoso culo y apretándola contra mi pecho para sentir sus apetecibles tetas- prima… gracias, sobre todo viniendo de una diosa como tú… hola Claudio, por supuesto ...
    ... que lo recuerdo… siéntanse como en su casa… su cuarto es por ese pasillo, la segunda puerta. El baño es la puerta justo enfrente. Quieren algo?
    
    Feña: una ducha y qué tienes para comer?
    
    Esa tarde noche, preparé un pollo al tequila con papas salteadas con mantequilla, cebollín y cilantro. Todo acompañado de una variedad de ensaladas verdes y un buen carmenare. Bueno, admito que fueron 3 y no una, las botellas. Cerca de la media noche, quedamos Feña y yo conversando en el sillón. Reíamos, hablábamos y guardábamos silencio alternativamente.
    
    Feña: Javo, puedes bajar el brillo de la luz? Tengo los ojos cansados, pero no quiero acostarme aún.
    
    Yo: claro, quieres algo más antes de volver a sentarme, vino, tal vez?
    
    Feña: no, no quiero más vino. Tienes algo más fuerte?
    
    Yo: whisky y tequila.
    
    Feña: Uno doble con dos hielos de la primera opción.
    
    Al volver, Feña, sentada cruzada de piernas casi en medio de un sofá de 4 cuerpos, enfocaba toda su atención en la televisión, cambiando de canal a un ritmo atípicamente espasmódico.
    
    Se detuvo cuando en la pantalla pasaba una escena de esas ingenuamente picantes de las 50 sombras de gray en la que el mono semi vestido azotaba tiernamente a la mona desnuda, ciega y gentilmente maniatada.
    
    Me senté en una de las orillas del mismo sofá donde estaba ella. Al poco, el trago hizo su efecto y con sus mejillas prendidas y una sonrisa lobuna en su bello rostro, se quitó la bata como si estuviese sola, quedando con un cuasi baby ...
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