1. Mis odiosas hijastras (12)


    Fecha: 07/06/2024, Categorías: Hetero Autor: dickson33, Fuente: RelatosEróticos

    —Ya vengo —dijo Sami, para luego subir por la escalera.
    
    Ni siquiera se había molestado en explicar por qué motivo estaba dejando la sala de estar, por lo que imaginé que simplemente quería estar sola. No era para menos, rememorar una experiencia de abuso sexual no era algo fácil, y ahora, quizás, se sentía demasiado observada por todos nosotros. Ella siempre había sido una chica tímida, y ahora era el centro de atención por un motivo que habría de incomodarle mucho, cosa que a alguien de sus características podía resultarle torturante, así que no podía más que comprenderla.
    
    —Dejémosla sola unos minutos —dije—. Pero en un rato alguno de nosotros debería subir a ver cómo está. Pero no todos juntos. No estaría bueno que se sienta asfixiada —agregué, y luego, cambiando por completo de tema, pregunté—: ¿Habrá vuelto internet?
    
    —En lo de Mili, hasta recién, todavía había problemas de conexión —explicó Agos—. Pero en su casa solo había pésima señal, no como acá que no se podía mandar un mensaje siquiera. De todas formas, mi celular también está apagado.
    
    La oscuridad y los truenos de afuera anunciaban un día tan inusitadamente violento como el anterior. Veía, a través de la ventana, a unas pocas personas, corriendo de la lluvia, apresuradas por refugiarse en sus casas. Ya faltaba poco para el mediodía. De seguro los comercios de la zona ya habían cerrado, alarmados por la tormenta que ya empezaba a desatarse. Una vez más estábamos absolutamente solos e incomunicados, en ...
    ... esa casa que, al menos en ese momento, parecía una cárcel.
    
    Esa incapacidad de poderme comunicar con el exterior me resultaba, en cierto punto, muy cómoda. Porque si tuviera un teléfono disponible, la lógica me empujaría a llamar a Mariel y preguntarle de una vez qué carajos estaba pasando. Pero de esta manera no me veía obligado a enfrentarme a tan incómoda e irreversible situación. Ahora el tiempo parecía congelado, y yo me encontraba recluido con esas tres hermosas y emocionalmente inestables adolescentes.
    
    Se hizo un tenso silencio en el ambiente. Ahora que Sami nos había abandonado, los hechos ocurridos en las últimas horas resurgieron de golpe en mi cabeza (y suponía que en las suyas también), cargando el aire de intriga y sospecha. Con ambas tenía cosas pendientes. Si no fuera por lo que acababa de ocurrir con Agos en la cocina, y además, el hecho de que Valu había callado lo que realmente había pasado entre nosotros, ya me sentiría libre de hablar sin ningún tapujo sobre nuestra situación. Pero la promesa de tener al menos a una de ellas entre mis brazos en la noche, me inclinaba a ser precavido una vez más. Una reverenda estupidez mirándola con la lupa de la cordura y la razón, pero en ese contexto, lo que realmente me parecía algo demencial era aceptar la posibilidad de terminar ese fin de semana sin echarme el polvo de mi vida con alguna de mis hijastras. Un polvo reivindicador que al menos me dejaría un buen recuerdo de esa siniestra casa.
    
    Valu carraspeó la ...
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