1. El convento (II)


    Fecha: 09/06/2024, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Marquez X, Fuente: CuentoRelatos

    ... veas cómo a una pecadora?
    
    Esta vez los ojos de don Massimo se abrieron, pero se pusieron en blanco, lo cual asustó un poco a la hermosa monja, él enfermo habló con voz más grave aún.
    
    M - Y sabemos que Dios no escucha a los pecadores, pero que si alguno es temeroso de Dios y hace su voluntad, a ése sí lo escucha.
    
    Era un versículo de Juan, ante esta última respuesta Laetitia no albergó más dudas, hizo la señal de la cruz, retiró la mano que don Massimo tenía sobre su pecho, se levantó de la silla, se quitó el hábito, pero se dejó puesto el rosario, la cofia y el velo, aunque era bajita su cuerpo era exquisito, un par de tetas grandes, pequeña cintura y un culo enorme, su coño era peludo como todos los coños de esa época.
    
    Después de desnudarse, la monja se subió a la cama del enfermo, le puso una de sus tetas en la boca, don Massimo empezó a chupar como ternero huérfano del hermoso pezón de Laetitia, que para su sorpresa veía como un bulto crecía a la altura del abdomen de su paciente, la curiosidad de la monja, hizo que le retirará la sábana, asombrada veía cómo a medida que don Massimo le chupaba la teta, su polla crecía desmesuradamente, la excitación de la monja también crecía, pues la lengua y labios de don Massimo la hacían gozar, así que la monja hizo la señal de la cruz y empezó a besar y chupar la gorda herramienta del enfermo.
    
    Laetitia no podía creer el gusto que sentía por la gruesa polla del pescadero, era la primera vez que veía y se comía una polla ...
    ... en sus 18 años, le chupaba todo el tronco, hasta los huevos metía en su sacrílega boca, minutos después don Massimo empezó a reaccionar, salió del ensoñamiento y no podía creer lo que veía, la monja bajita, la más simpática de las hermanas del convento, le estaba dando una mamada digna de una fina ramera!
    
    M - mm pero hermana, que está haciendo?
    
    La monja dejó de chupar y le hizo señas con su dedo índice para que hiciera silencio, se acercó a su rostro, le tocó la frente que ahora estaba tibia, el cambio era impresionante, pues antes hervía en fiebre, Laetitia sonrió y le dijo a él asombrado vendedor de mariscos:
    
    L - Don Massimo, sólo hago la voluntad de nuestro amado señor, en estos momentos soy una herramienta del altísimo, usted puede usar mi cuerpo a voluntad, pues hasta ahora es el mejor método para su pronta recuperación!
    
    M - Dios la bendiga hermana, haré la voluntad del señor con su hermoso cuerpo, por cierto su rostro es bellísimo hermana!
    
    Acto seguido le dio un libidinoso beso a la hermosa monja francesa, luego hizo que lo montará, el ahora cachondo Massimo, trataba de empujar la verga por la concha de la sumisa monja, pero está lo detuvo, le dijo que su virtud no podía ser mancillada, que para su recuperación, le iba a ofrecer su ojete, el marisquero sonrió, se escupió la mano le lubrico el orto a la monja, ella se dejó hacer, pero al intentar penetrar el orto de la monja, su gorda polla no entraba.
    
    M - Hermana haga el favor y ponga su dulce trasero ...
«1234...7»