1. LA SUEGRA DE MI AMIGO


    Fecha: 01/07/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: andy, Fuente: RelatosEróticos

    LA SUEGRA DE MI AMIGO
    
    Me desperté. Ya eran las nueve de la mañana. Todo estaba en silencio solamente interrumpido por el ruido que hacía algún carro al pasar.
    
    Me parecía que estaba solo en la casa.
    
    Había llegado ayer luego de viajar todo el día en un bus, pero a pesar de la aparente comodidad, había llegado prácticamente molido a mi destino.
    
    Este era la casa de un amigo de la infancia, el cual me ofreció hospitalidad cuando le comenté que iría de vacaciones unos días al balneario donde vivía.
    
    Me había recibido en el paradero y camino a su casa, me comentó que con su mujer ya tenía dos hijos, aún pequeños, y que vivían con su suegra.
    
    ¡miércoles! - dije – Me hubieras avisado y podría haberme ido a un hotel.
    
    No te preocupes, retrucó, es muy buena gente y no se mete para nada con nosotros y, además, nos ayuda con los chicos.
    
    Al llegar nos recibió su esposa Susi, su suegra y los pequeños.
    
    Todos muy simpáticos y sonrientes.
    
    Me esperaban con unos refrescos, bocaditos y entretenida conversación. Entrada la noche, luego de arreglar mis cosas en la recamara y refrescarme, me llamaron a disfrutar de una liviana, pero sabrosa cena.
    
    Luego de acostar a los niños, nos reunimos en la sala a saborear unos “pousse” café.
    
    Entre Oscar y yo contamos nuestras peripecias de estudiantes y luego, algunas de la época laboral.
    
    Incluí algunas facetas de mi vida post divorcio y terminamos contando algunos chistes.
    
    Pude darme cuenta de la agradable sonrisa de la ...
    ... suegra de Oscar, así como de su esbelta figura.
    
    Era una mujer más bien alta que baja, de cabello castaño y de piel blanca, que se mantenía impecable en su apariencia.
    
    Tenía dos grandes ojos negros avellanados, su nombre era Esther, era viuda y le calculé unos cincuenta y tantos años.
    
    Después del segundo bostezo que traté de disimular, me invitaron a descansar.
    
    No me resistí y nos despedimos hasta mañana.
    
    No había sentido nada de ruido en la casa ni lo sentía ahora.
    
    Había dormido como un lirón. Me levanté, subí la persiana y abrí la ventana de par en par. Era un día soleado pero un poco fresco. Con seguridad que el calor, más tarde, iba a ser mayor.
    
    Estábamos casi al final de la estación veraniega y la casa quedaba algo lejos de la playa. Había dormido con un pijama corto y de tela delgada. Lo que si no tenía era mi bata, que no la llevé pensando que no la necesitaría.
    
    Al sentirme solo, me sentí muy cómodo para reconocer la casa tal como estaba. Pasé por el cuarto de baño y a continuación bajé a buscar algo para desayunar.
    
    Oh sorpresa, en la cocina encontré todo preparado: la taza, un termo, el café, la leche, tostadas, mantequilla, mermelada y hasta algunas frutas.
    
    Tomé asiento y me preparé un buen café con un poco de leche. Partí una naranja y devoré su contenido.
    
    Me preparé un par de tostadas y tranquilamente, desayuné.
    
    Decidí lavar lo que había ensuciado y cuando me acerqué al lavadero pude ver que, en el patio, al costado de la ventana, ...
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