1. Vestido verde pastel


    Fecha: 13/07/2024, Categorías: Infidelidad Autor: SexoVerso, Fuente: CuentoRelatos

    ... unos gritos y Gabi cambia de posición: se pone de espaldas y le menea el traserote. El jefe estaba tan contento que su cara parecía el de un niño en su fiesta de cumpleaños, apoyó una mano en su hombro y con la otra hacía que agitaba una imaginaria prenda por el aire. Otra chica se suma a ellos, quedan un rato los tres bailando y, poco a poco, mi novia se va desplazando. Cuando ella vuelve conmigo me comenta:
    
    —Nuestro jefe es muy buena onda con todos sus empleados, tanto con los varones como con las chicas, pero estuvo deprimido unos cuantos meses y estamos un poco mal por él.
    
    —¿Ah sí, qué le pasó?
    
    —Falleció uno de sus mejores amigos.
    
    —¡Oh, no!, ¿y de qué?
    
    —De sida.
    
    —Whaaat!?
    
    —Si, y quisimos entre todos los empleados levantarle el ánimo, así que organizamos esta salida.
    
    Observé pensativo al jefe de mi novia. La música había cambiado nuevamente «se prendió la fiesta, esta noche voy a beber, traigan la maizena, porque voy a dar serrucho-serrucho-serrucho» trayendo otro ritmo. Viéndolo, bajo el efecto de las luces estroboscópicas, bailando de manera atrevida con una de sus empleadas me hizo estremecer: su semblante había cambiado, ya no era el de un infante al que le regalan una nueva tablet, ahora era desafiante, guarro, obsceno, brusco… Miro a mi alrededor y caigo en que la mayoría de los hombres allí en la ronda, los compañeros de mi novia, son todos tipos guapos, atractivos, seguros de sí mismos, dejándome un sentimiento de inferioridad. Allí me ...
    ... sentía como un hombre común con mucha suerte, suerte de que una hermosa mujer, por esas casualidades de la vida, se haya fijado en mi, pero eso a su vez me hacía sentir inseguro. «Mariamoñito se le partió, la cama que el chawa le dio, la trajo pa' que la arreglara, porque soy el que la clava, clava, cla-cla-cla-cla clava», la música me estaba perturbando.
    
    —¿En qué estás pensando? —me pregunta Gabriela, quien se había dado cuenta de mi “introspección express”.
    
    —Me da miedo de que te alejes de mí en este lugar.
    
    Ella se ríe y luego me responde:
    
    —No seas bobo, mi amor.
    
    Otra de las chicas del grupo se acerca a Gabi, le dice algo al oído y ella asiente, le toma de la mano y se marchan. Al rato, en grupos de tres, se van esparciendo varios de la gran ronda. Los que quedaron se fueron a sentar en unos reservados allí cerquita de donde estabamos. Me acerco a una de las chicas y le pregunto a dónde fueron los demás.
    
    —Fueron a buscar las cosas del cotillón para el carnaval.
    
    Le agradecí y, para no aburrirme esperando, me fui a recorrer el lugar. Había llegado hasta el fondo y veo, alejados de la pista, a tres personas arrinconadas. En la penumbra distingo al jefe, a Nati y a otro hombre más. Los dos varones le hacían un “sándwich” a la bonita chica. Afino la vista y noto que el jefe, que está de espaldas a mí, le estaba manoseando los senos, y el de atrás tenía las manos aferradas a la cintura de ella, con la mirada fija hacia abajo. En un momento Nati abraza al ...