1. Ainhoa, la policial local


    Fecha: 15/07/2024, Categorías: Hetero Autor: fernandobcn, Fuente: CuentoRelatos

    ... acongojado.
    
    -Pues sí, soy yo -dice, con una postura recostada sobre su silla y el plan perdonavidas-. Espero que desde entonces hayas conducido con más cuidado.
    
    Ha recuperado su compostura y vuelve a ser la misma borde de la multa. -No me voy a dar por vencido tan fácilmente-.
    
    -Me presento, soy Fernando y él es mi amigo José. ¿Podemos sentarnos en vuestra mesa?
    
    -¿Te refieres a sentarte con nosotras, no?, dice la “Poli”.
    
    La prefiero sonrojada, la verdad.
    
    -Sólo si no os molesta. Si molestamos no, por supuesto.
    
    Se miran. Su amiga le da el visto bueno. La “Poli” toma la palabra.
    
    -Bueno podéis sentaros. Yo soy Ainhoa, ella es Marí Pau.
    
    Nos saludamos como corresponde. Nos damos un par de besos en las mejillas y volvemos a sentarnos.
    
    -Ainhoa, bonito nombre, le digo.
    
    Me mira expectante, como pensando, a ver que va a soltar este por esa boquita.
    
    -No he podido evitar escuchar vuestra conversación estando como estábamos, uno al lado del otro.
    
    Todos, incluido José, me miran con cara extrañada. Especialmente Ainhoa, a la que le está cambiando la cara de color, hacia un rojo intenso. Como si el magma recorriera su cuerpo y estuviese a punto de explotar.
    
    -Ah si, y ¿Qué es lo que has escuchado?, dice Ainhoa.
    
    -Lo que le comentabas a… Mari Pau, que me habías puesto la multa y que te había parecido un tipo interesante. He de decirte que tú a mí me pareciste muy borde, pero escuchándote he cambiado de opinión y por eso he decidido conocerte.
    
    Los ...
    ... demás miraban, alucinados, como espectadores.
    
    -Así que borde ¿no?, pues mira Fernando, me gusta tu sinceridad y que hayas decidido “conocerme”. Los audaces siempre tienen premio.
    
    Así discurrió el resto de la noche, en un tira y un afloja con Ainhoa. Era como un cangrejo ermitaño, unas veces mostrando su coraza y otras, las menos, saliendo y mostrando su vulnerabilidad. Esta ambivalencia en su forma de ser, me desconcertaba pero a la vez me excitaba y mucho. Sentía un irrefrenable deseo de follármela, de hacerla mía.
    
    Tanto José como Mari Pau, estuvieron toda la noche, casi sin decir nada, siendo espectadores de nuestra conversación, posiblemente la más surrealista que habían vivido.
    
    Al final de la noche nos intercambiamos nuestros números de teléfonos y al día siguiente, por la mañana, la llamé. Ainhoa, era una mujer que no se andaba por las ramas, y cuando quería era directa y clara como nadie. Me propuso ir esa misma tarde a su casa, cerca de la playa, estaba sola.
    
    -Fernando, me caes bien. Me gustó tu sinceridad de ayer, y como te dije, los audaces siempre tienen premio. Ven esta tarde a mi casa. No te lo voy a negar, quiero follar contigo. Veremos si estás a la altura.
    
    Estoy muy excitado, pero también desconcertado y hasta cierto punto, incluso asustado. Es la primera vez que una mujer me habla así, de forma tan directa y dominante. Es una sensación desconocida, que me atrapa, me embriaga y me arrastra hacia ella.
    
    Desde que hablamos por la mañana, el ...
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