1. Vivencias de un matrimonio común


    Fecha: 15/07/2024, Categorías: Confesiones Autor: SeñoraMex69, Fuente: CuentoRelatos

    ... amigas.
    
    Ingrid: Si mi buena amiga, para lo cual fui sexy pero no tanto, ya que aún no sabía los gustos de mi esposo sobre mí, por lo cual use un vestido verde turquesa, eso sí muy entallado y escotado para presumir mis tetas y culazo que me cargo aunque ya soy madre de dos lindos niños, abajo una tanga negra de encaje en conjunto con el bra del mismo modelo, al verme al espejo por detrás pude notar que se me marcaba el triangulito de la tanga, dude en si ir así o cambiarme, pero al verme mi esposo en lugar de enojarse me sorprendió que me digiera que me veía estupenda para la boda. A lo cual yo le respondí con una sonrisa.
    
    Jaime: Al ver a mi Ingrid así se veía hermosa, sexy y muy culona, sentí como mi verga se erectaba al imaginar los miles de ojos que se posarían en el cuerpo de mi esposita, eso en lugar de enojarme me ponía cachondo, saber que muchos desearían a mi esposa.
    
    Salimos en el automóvil y al llegar al lugar del evento, vimos que era una colonia un poco despoblada y humilde, dejamos el coche y tuvimos que caminar dos cuadras de subida para llegar por fin a la casa de la boda, al ir caminando con mis hijos atrás de mi esposa, pude notar como con ese vestido su tanga se le marcaba perfectamente, excitándome sobre como la verían toda la fiesta.
    
    Al llegar nos ...
    ... recibieron los padres de la novia, unos señores humildes mayores de 70 años aproximadamente, en ese instante pude notar como discretamente ese señor hizo un recorrido de pies a cabeza sobre las piernas, panocha y chichotas de mi mujer, pasamos y caminamos a una mesa donde nos saludó la novia y nos dijo que nos sentáramos, mi esposa puso todo ese culote en esa sillita de madera que pude ver como no cabía por completo.
    
    Ingrid: debo reconocer que al sentir muchas miradas, mi botoncito palpitaba por momentos lo que hacía que mi cuerpo se estremeciera, pero yo nerviosa de que mi esposo e hijo no se percataran, y sí, mi esposo tiene razón, al sentarme me percate que mis nalgas no cabían en la silla y salían un poco pero ni modos así estuve en la fiesta.
    
    Esta es la primera parte de las que faltan, las quisimos escribir por partes para no hacerlas tan largas a los lectores e irle dando suspenso entre un capitulo y otro, como todos los lectores de los relatos que hemos leído, estamos abiertos a sugerencias para la mejora de la redacción y estructura de nuestras vivencias convertidas en relatos en esta página.
    
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