1. Rosi


    Fecha: 16/07/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: rafacal, Fuente: CuentoRelatos

    ... cerrar el negocio.
    
    Comprendí que, al hacerlo, yo permanecería dentro del local, por esto, muy consciente de la situación, traté de preparar algo, siguiendo el acertado consejo de mi amigo Raúl, aunque te confieso querido lector, que mi cuerpo temblaba como una hoja al viento. La vi asegurar la puerta y allí quedamos ella y yo, en medio del pequeño espacio; aunque la luz era bastante tenue, nos mirábamos a los ojos. Ella, al no observar movimiento alguno de mi parte, pues me asimilaba a una estatua de piedra, decidió romper el hielo.
    
    Se aproximó a mi y colocando una de sus manos en mi nuca, me besó en la boca; fue un beso corto, el que terminó, creo que para observar mi reacción. Invoqué mentalmente a mi amigo Raúl, pero mi cerebro no generó orden alguna, por lo tanto, seguí como la estatua de piedra que te describí.
    
    Rosalba con decisión, tomando una de mis manos, me guio hacia aquel cuarto al fondo; ya allí, comenzó un lento pero seguro ataque, el que recibí temeroso, pero con gusto. Me abrazó y me estampó un cálido beso, el que correspondí con pasión y deseo. Nuestras lenguas se tranzaron en una ardiente lucha, sólo interrumpida cuando ella procedió a desvestirme, empezando por mi camisa. Dos minutos después, estaba completamente desnudo, exhibiendo una tremenda erección que se aumentó, cuando sentí el calor de una de sus manos sobre ella.
    
    El espacio no brindaba muchas opciones; al fondo, vi un par de hornos y una mesa metálica, la que conceptué, era para amasar ...
    ... pan; observé contra una de las paredes, un pequeño escritorio, en el que yo estaba recostado, además de un viejo y pequeño sofá de dos puestos. Las paredes del pequeño cuarto pedían pintura a gritos y la escasa luz de la pequeña lámpara me permitió ver a Rosalba despojándose rápidamente de sus ropas.
    
    Con sorpresa descubrí dos enormes y oscuros pezones como los de mis fantasías. Sin pensarlo, me abalancé sobre ellos. Los toqué con ansiedad, los pellizqué, los besé y los chupé con pasión. Eran mis primeros pezones, por los que había esperado varios años, tal vez muchos.
    
    Pensé en las amigas de la universidad, allá detrás del estadio, tratando de anunciar su no existente castidad. Por el contrario, Rosi decía −¡Sí Rafa, chúpame las tetas! Nuestras bocas se juntaron de nuevo y nuestras lenguas continuaron su original batalla. Sentí de nuevo una de sus manos sobre mi verga, lo que me dio más energía para continuar con mi tímida lujuria. Pensé en mi amigo Raúl. ¿Qué diría él en este momento?
    
    −¡Te deseo Rosi, quiero hacerte mía! −le dije sin titubeos−, por lo que me sentí muy orgulloso y le agradecí a Raúl.
    
    Al oír esto, ella totalmente desnuda, dio tres pasos hacia atrás sin soltar mis manos y sentándose en el borde del pequeño sofá, abrió las piernas y me miró a los ojos. ¿Quieres comerme? −preguntó con seriedad.
    
    A pesar de la muy escasa luz del recinto, vi mi primer coño. Dicho enfrentamiento me impactó, pues siempre una primera vez, trae intriga. Pensé en mis amigos ...
«1...3456»