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La princesa de no sé dónde (Segunda parte)
Fecha: 16/07/2024, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos
... entrar a la casa de nuevo todas estas chicas se me acercaron y me llevaron a otra habitación y unas me daban masajes en los pies y otras en los hombros, pues yacía sentado en esta otra cama y estas chicas me habían removido la bata y estaba prácticamente desnudo ante ellas. La chica africana mano derecha de Claudia no estaba, pero de repente apareció vistiendo otro atuendo similar, pero de color verde olivo con tonalidades rojas u ocres. Al igual era transparente y era fácil ver su areola oscura y que su concha estaba totalmente depilada. Llegó y todas las demás chicas salieron automáticamente. Ella se acercó a la cama y me comenzó a besar por el cuello y los hombros y con su manos me tomó del falo. Este que había estado pasivo al calor de su contacto comenzó a tomar volumen y ella solo me sonreía echándome su aliento cerca de mi cuello. Me dijo con su acento británico: ¡I like it! – No dijo mucho y se posó frente a mi mientras yo seguía sentado a la orilla de la cama y me abrió las piernas y me comenzó a dar una mamada de las mil maravillas. En esa posición, jugaba con mi huevos, con mi perineo, amenazaba mi ojete con su lengua y se mantuvo chupando mi verga como si del mejor helado se tratara. La verdad que no me hizo correr con esa mamada pues ya le había dejado ir dos corridas a la princesa de no sé dónde. Esta chica tenía un abdomen plano y en su ombligo contrastan unas piedras que parecen perlas. Es una sintonía con su dentadura blanca cada vez que me sonríe. Al ...
... igual que ella comencé besando su cuello hasta llegar a esos suculentos pechos… eran perfectos para hacerle la rusa. Bajé a su monte venus y aprecié ese valle desnudo y con unos cuantos vellos cortados alrededor de su imponente concha. Los labios eran gruesos y contrastaba su color rojizo en el interior que brillaba de sus jugos vaginales que emanaban abundantemente. Me abre las piernas y me ofrece su concha para que me de gusto chupando esos labios gruesos y una pepa sólida y grande de su clítoris que pulsaba de la excitación. Gimió profusamente al contacto de mi lengua y de inmediato le siguió con un vaivén para sentir el choque de mi lengua que le invadía. En este caso era ella quien se tomaba de los pezones y se los apretaba mientras yo continuaba chupando su impresionante panocha. La habitación se llenó de sus gemidos y ese vaivén se iba acelerando. Ella me lo pidió con desesperación y con su acento británico: Fuck me! - Me pedía que se la metiera en su concha y eso hice con gran ímpetu y comencé con un embate frenético que solo le tomó un par de minutos para que explotara. Creo que todos en la casa sabían que alguien estaba viviendo un orgasmo, pues sus jadeos eran espectaculares y esa cama chocaba con la pared y crujía toda la madera. No sabía si reía o lloraba, pero me decía al oído: ¡Que rica verga tienes! - Dejé de darle hasta que su orgasmo había cesado y esta mujer comenzó de nuevo a mamarme la verga, tragándose sus propios jugos. Y luego después de unos cuantos ...