1. Detrás de las redes


    Fecha: 16/07/2024, Categorías: Gays Autor: Elegos, Fuente: CuentoRelatos

    ... miradas se cruzaron y su sonrisa socarrona volvió a aparecer: —No tienes huevos —me dijo mientras nos empezamos a reír otra vez.
    
    A lo que metí un gran empujón con la cadera. La saliva y la falta de consideración hizo que se la metiese hasta los huevos. Puso los ojos como platos y gritó vaya si gritó. Las palpitaciones de su culo virgen eran muy fuertes y tenía ganas de sacarla. Se le saltaron las lágrimas, pero no me dijo que la sacase. Al poco rato, aquello pareció relajarse un poco. Su polla seguía dura. Empezamos a besarnos, como siempre, como el primer día. Nuestros besos eran lo mejor, nuestras lenguas seguían peleándose por entrar en la boca del otro, muy de activos.
    
    Poco a poco, empecé a bombear y pareció gustarle, se le escapaban gemidos ya de placer, su polla seguía dura. En nada estaba follándome su culo con ganas mientras nos besábamos con pasión. En un momento dado me envalentoné y con un rápido movimiento se la saqué y lo puse a cuatro patas. Él agachó la cabeza dejando todo el culo en pompa y así lo empotré. Agarró las sábanas con fuerza con las manos. Y vi como entre gemido y gemido se le caía la baba de gusto. Lo llamé come-almohadas.
    
    —Me estás violando cabrón, ¿qué quieres?
    
    —¿A sí? Esas tenemos — Y me recosté hacia atrás obligándolo a ...
    ... sentarse un poco sobre mi polla. —Perrea —le dije sin más y empezó a mover la cadera de forma sensual y caliente para cabalgar mi polla. Aquello pareció excitarle, porque todo él empezó a convulsionar y su perreo se volvió errático, pero más profundo y su agujero se volvió otra vez estrecho y palpitante, mientras se corría. Le cogí el culo duro y prieto y le metí tres grandes empujones, con lo que bastó para que me corriera de forma salvaje, al tercer o cuarto lefazo le llené la espalda también.
    
    Cuando acabé con los ojos en blanco me dejé caer en la cama. No tardó mucho en tumbarse encima de mí. Nos quedamos mirando otra vez a los ojos y empezamos a reírnos nuevamente, y a darnos besos cargados de pasión. Después de un rato me dijo que sus padres no volvían hasta el lunes por la mañana, era viernes, que si me quedaba. —Te volveré a violar.
    
    —Te la corto si no lo haces — y salió corriendo en dirección a la ducha, mientras por el camino iba dejando por el suelo los restos de mi corrida que se le salía del culo. Salí corriendo detrás de él y en la ducha mi polla volvió a acabar dentro de él, y así todo el fin de semana, entre besos y risas, su culo fue mío. Y sigue siéndolo, aún hoy, él sigue siendo activo; pero cuando quedamos su culo se abre como flor de mayo. 
«1234»