1. Seducida y follada por un caradura con sorpresa inesperada


    Fecha: 18/07/2024, Categorías: Hetero Autor: Caprice, Fuente: CuentoRelatos

    ... consecuencias no deseadas. Por ejemplo, que se fuera de la lengua, que presumiera con sus amigos, unos chismosos que no dejarían títere con cabeza.
    
    No podía darle estas razones. Era mejor echar balones fuera.
    
    —Veo que has hecho los deberes, averiguando sobre mis horarios de descanso, y esto me halaga, pero deberíamos dejarlo para luego, en un sitio más adecuado.
    
    Inaudito: como si no hubiese prestado atención a mis palabras, me bajó el pantaloncito como cinco dedos, lo justo para introducir holgadamente la mano entre los muslos, suficiente para separar los labios vaginales y penetrarme con dos dedos.
    
    Invoqué a Dios gimiendo al sentirme profanada.
    
    Titubeante, sin medir las consecuencias, traspasé el umbral de su bragueta con la mano derecha, me abrí camino entre la prenda íntima y busqué su miembro. Lo noté muy duro, erecto como era de esperar, igual que cuando lo noté en el vientre en los besos de rigor al ser presentados.
    
    —Me encantan tus peras, porque no son grandes ni pequeñas. Tienen el tamaño justo para mí, también la forma, la textura y la consistencia —afirmó como lo haría un mercader de fruta, valorando la calidad del género, mientras las sobaba con la mano izquierda, para luego pellizcar los pezones, al tiempo que hurgaba con la derecha en el coño, deleitándome con sus hábiles dedos.
    
    Pensé que su forma de comportarse, actuando al tiempo que me regalaba el oído con su verborrea, respondía a una táctica empleada, seguramente, cuando alguna se le ...
    ... resistía. Y no se le daba nada mal, porque me arrancaba alaridos de placer, que yo agradecía con mi mano convertida en una máquina de masturbar.
    
    La simbiosis era perfecta: lo dado, por lo recibido.
    
    Por un instante me cuestioné si realmente era yo. No recordaba la última vez que me había sentido tan motivada, tan golfa, mucho más de lo que cabría esperar. Mi frágil cuerpo temblaba y las rodillas perdían eficacia. Era seguro que me desmayaría en cualquier momento si no recuperaba la cordura. Resultaba difícil conseguirlo con Róber transformado en una especie de animal rabioso.
    
    Me levantó del suelo por las axilas, y me llevó en volandas al cuarto de baño del almacén. En un periquete me depositó en el suelo, trabó la puerta con cerrojo y se bajó el pantalón, arrastrando la prenda íntima con él.
    
    —¡Madre del amor hermoso! —exclamé viendo lo que había surgido majestuoso entre sus muslos, segura del buen rato que pasaría apenas me la metiera.
    
    En este momento todo se precipitó.
    
    Consumida por los nervios, viendo que mi tiempo se agotaba, y decidida a llegar hasta el final, le pregunté si tenía condón y respondió que no. Yo tampoco lo tenía. Cómo iba a suponer que sucedería algo así.
    
    Salí precipitadamente del lavabo y comencé a rebuscar en los bolsos de mis compañeras, colgados en las perchas del almacén, por si alguna era más precavida que yo. Finalmente encontré uno en el bolso de… Ni sabía de quién era.
    
    Con la agilidad de una gacela regresé al lavabo, cerré la ...
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