Mi casa de playa (4)
Fecha: 19/07/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: verosoto, Fuente: CuentoRelatos
... puta.
-Hahaha, vaya qué candela eres Verónica, qué agradable que seas receptiva por todas partes... - río y comentó la mujer. -¿Quieres algo de lubricación?
-No, así mismo, mi ano lo aceptará tal cual aunque sufra al principio, hehe...
Me puse en cuatro patas, dispuesta a recibir ese vergón en mi ano. Lentamente comenzó a metérmelo mientras mi vecina prodigaba sobre mí sus mejores caricias y besos húmedos. La sensación de cuando la cabeza de aquel monstruo entró fue bestial, vi estrellitas y lo confieso... casi me flaquean los brazos:
-Aaay, aauch, qué enorme!!! - hablaba casi pujando.
-Relájate princesa, afloja tu agujerito, sí? - decía mi vecinita y amante.
-Aaay, aagh, qué rico, qué rico, cógeme, métemelo todo, aaay... Dame duro papito...
Allí inició la cogida, una vapuleada descomunal... Yo gritaba, apretaba las sábanas, incluso mordí fuerte a mi vecina en uno de sus brazos. Ella se quejó pero con dejo de disfrute, qué tal? menos mal... Seguidamente ella se puso a mi lado cual perrita también, allí su marido me la sacó y se la metió a ella igualmente por el ano. Intercambiaba cada cuanto de culo mientras nos hacía gozar y nosotras a su vez nos dábamos besos de lengua entre quejidos, acabadas y alaridos. Así estuvimos por varios minutos hasta que el vecino echó su descarga de ...
... leche sobre nuestras nalgas.
Caímos los tres en la cama, entre sudor, semen y jugos vaginales por doquier. Quedé en medio de la pareja y me tocaban con delicadeza, me decían cosas lindas, me otorgaban besitos secos hasta que producto del relax total, me quedé dormida. Al despertar ya avanzadas la horas nocturnas, encontré un escrito en un papel en la mesa de noche. "Querida vecina, fue un enorme placer haber compartido el mejor sexo de nuestras vidas contigo, esperamos se repita pronto. Ah, nuestros nombres son Carla y Bruno, dulces sueños".
Sonreí, cerré los ojos y medité sobre todo lo que había vivido en ese fin de semana largo, estuve con un jovencito, fui violada entre temor y placer inmensos, el Jefe de mi marido se las ideó para cogerme, los vecinos me dieron la oportunidad de un trío y de gozar con una mujer por vez primera... Fui toda una puta consagrada, diplomada, y me habían dado todos el placer más grande, extraño y variado que jamás recibí y que, por supuesto, para un futuro no muy lejano, estaba segura de volver a experimentar sin dejar a mi marido porque al fin y al cabo, con él disfruto también y lo amo. Será que en el fondo todas las mujeres somos zorras, reprimidas por tabúes sociales, necesitadas del goce total, de salir de lo rutinario, de practicar la poligamia?
(Continuará).