1. Mi historia con una mujer maltratada (9)


    Fecha: 21/07/2024, Categorías: Hetero Autor: Tmy456, Fuente: CuentoRelatos

    Cayó la noche, nos vestimos casualmente, ella con una blusita, un buzo, un short y unas zapatillas Nike y yo con una remera, un abrigo y un pantaloncito normal. Fuimos en el Peugeot a un bar que hay en el centro de Ramos Sur. Entramos al bar tomados de la mano y todos nos empezaron a mirar.
    
    —¿Por qué todos nos miran?, preguntó.
    
    —Me parece que te están mirando a vos, dije en medio de confusiones.
    
    Nos sentamos en una mesa, vino una moza y nos dio dos cartas. Las vimos y todo tenía muy buena pinta.
    
    Yo le pedí a la mesera una Coca-Cola y una hamburguesa con papas fritas, ella había pedido una cerveza y una pizza. Obviamente todo era para compartir. ¿Que por qué ordené una bebida con gas sin alcohol? Básicamente no quería manejar borracho, era por eso.
    
    En un momento a Anen se le acercó un tipo que aparentaba tener unos 30 años. Barba, musculatura media, no era grandote, pero tenía buenos brazos, ojos celestes, rubio, camisa manga larga blanca, pantalón de vestir y zapatos de cuero, dentro de poco entenderán porque aclaro la vestimenta del chabón.
    
    —Hola, preciosa. ¿No me das tu número?, dijo.
    
    —Perdoname flaco, estoy con mi novio, dijo ella apaciguadamente.
    
    —¿Este boludito es tu novio?, preguntó de manera un tanto altanera.
    
    —¡Tené cuidado cómo me hablás!, dije levantando un poco la voz, pero sin llegar a gritar.
    
    —Cerrá el orto, pendejo de mierda, estoy hablando con ella, no con vos, mogólico.
    
    Ninguno de nosotros dos le dirigió la palabra. Todos ...
    ... en el restaurante lo miraban y cotilleaban. Llegó la mesera con la bebida y dos vasos, preguntó si estaba todo bien. Le dije que sí.
    
    El desgraciado seguía intentando convencerla, tratando de conquistarla con piropos sucios, pero no pudo. Yo cada vez me iba agotando más, más, más y más. A Anen la cansó tanto en un momento, que agarró mi vaso de Coca-Cola y se lo tiró todo encima de la camisa, ahora entienden por qué aclaré la pinta de este señor.
    
    —¡¿Qué hacés, estúpida de mierda?! ¡Hija de puta!, exclamó enfurecido.
    
    Mi paciencia tiene un límite y este tipo sobrepasó la barrera. Mi adrenalina por otro lado, en instancias como esta, no tiene ningún tope, se eleva hasta niveles que no podrían creer. Nadie se puede atrever a insultar a mi novia, sea quien sea, y menos en mi presencia. Me levanté de la silla.
    
    —¡¡¿¿Qué insultás a mi novia??!!, ¡¡¡La concha de tu madre!!! ¡¡¡Te voy a cagar a trompadas!!!, dije gritando con el seño totalmente fruncido.
    
    —¡No Tomás!, ¡tranquilo!, ¡te lo pido porfavor!, dijo Anen exaltada.
    
    Ella ya me conocía y sabía que yo estaba a punto de meterle una piña que lo iba a dejar acostado, sin ánimo de levantarse y si se trataba de levantar, lo recontra cagaba a trompadas en el piso, me chupaba un huevo todo, hasta no matarlo no paraba. El tema es que si se meten con Anen, se meten conmigo. Las palabras viniendo de mi amada, por suerte me pudieron tranquilizar un poco y me volví a sentar.
    
    El simio este me empezó a insultar de todas las ...
«1234...»