Mi historia con una mujer maltratada (9)
Fecha: 21/07/2024,
Categorías:
Hetero
Autor: Tmy456, Fuente: CuentoRelatos
... poniendo mis codos y antebrazos sobre el colchón.
—¡¿Qué?! ¡¿Vos estás tonta?!, pregunté casi gritando.
—No. Estoy tomando anticonceptivos, que es diferente.
—¿Desde cuándo?
—Hace tiempo ya.
—No me parece buena idea igual.
—Calláte y disfrutá de los orgasmos que te voy a dar ahora.
—Escuchame, llega a pasar algo y te juro... por lo que más quieras que es la última vez que cogemos...
—Cerrá... la... boca...
Tocó el centro de mi pecho con un dedo y empujó hacia abajo, buscando que me relaje. Escupió en su mano, la pasó por mi pene desnudo ya erecto, masajeó un poco, se bajó la bombacha, tomé mucho aire y lo metió de una en su vagina.
Me montó como lo haría con un caballo, pero sin prisa. Cuando vio que por fin entraba toda, que le llegaba hasta adentro del alma, movió pausadamente su pelvis de atrás hacia adelante, mientras se tiraba para atrás y apoyaba sus manos en la cama.
—¿Querés que vaya un poquito más rápido?, preguntó.
—Sí, porfavor, susurré casi en un gemido.
—¡¡Aaaay, Dios!! ¡¡Esperé tanto tiempo para este momento!!, gritó.
Empezó a moverse aceleradamente, a la vez que jadeaba y yo gemía. Se sentía muy bien no tener preservativo, pero había algo en mí que me decía que una cosa de lo que estábamos haciendo estaba mal.
Me estaba por correr dentro suyo y le avisé:
—Me estoy por venir, Anen.
—Quiero que acabes adentro mío, susurró excitada.
—No, no quiero hacerlo.
Se detuvo al instante.
—¿Por qué no? ¿No te ...
... gusta lo que te estoy haciendo?, preguntó confusa.
—No... no es que no me guste, es que tengo miedo, dije con cara de inquietud.
—¿Miedo de qué?
—De que quedes embarazada.
—Si quedo preñada va a ser culpa mía y me la voy a bancar, pero ahora dejame disfrutar y disfrutá vos también. ¿Sí, cielo?
Asentí con la cabeza, estaba confundido.
Siguió con la penetración unos minutos más, sus movimientos se hicieron frenéticos y luego de esos escasos minutos, tuve el orgasmo más hermoso que tuve nunca jamás. Derramé todo mi amor dentro suyo. Su vagina quedó completamente llena de leche caliente y mi poronga empapada con fluidos. Gritó de placer al sentir mi semen en su interior.
—¡AAAAAHHHHHHHH! ¡SIIIIIIIII! ¡POR FIN! ¡POR FIN! ¡POR FIN! ¡POR FIN!, gritaba sin parar.
Quedaba mucho más por exprimir y ella lo sabía. La vi a los ojos, tenían un brillo que no había visto nunca.
De esa forma, colocó mi pija en su orto y empezó a bajar, debió ser como meterse un hierro candente que le quemaba todo por dentro. Ella sabía que no iba a ser fácil. Gritó de dolor, pero ese mismo dolor pronto se convertiría en placer. Su esfínter se abría cada vez más y más. Los dos no podíamos parar de gemir de placer, ella apretaba con fuerza sus pechos y yo ponía mis manos arriba de las suyas. Después de unos segundos así, me vine de vuelta. Sentí cada pulsación y cada bombeo de semen que deposité en su culo.
—¡¡¡¡Animal!!!!, gritó en medio de un orgasmo gigante.
Le temblaban las ...