1. Infiel por mi culpa. Puta por obligación (7)


    Fecha: 26/07/2024, Categorías: Grandes Relatos, Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos

    ... color de su piel si es bastante más claro que el de su madre, pero conservando los rasgos característicos de sus raíces afro-caribeñas.
    
    Viste un top magenta sin mangas, tipo chaleco y de tela acanalada; con la parte del busto rodeado por un diseño coquetamente fruncido y un cordel atado en el frente a modo de un pequeño moño. Bastante ajustada y corta, dejando ver en su vientre plano y bien definido, un coqueto piercing en su ombligo. Maureen posee ahora una figura atlética, lejana a la de aquella infantil delgadez. Los senos le han crecido bastante, casi tan redondos como los míos. Firmes y paraditas, sus bubis le suben y bajan al compás de sus apresurados pasos, y puedo adivinar que no trae sostén, pues sus pezones templan altivos la delgada tela y se transparenta mediana, su areola café.
    
    Cintura de avispa con piel tersa y al caminar apresurada hacia mí, viene oscilando de manera sexi sus pronunciadas caderas, con una natural seducción. Personificada inocencia y sensualidad, enfundada en unos pequeños shorts blancos de tela de jean, –deshilachados– que le brindan un toque bastante sexi a esas redonditas nalgas firmes y al continuar hacia abajo, termino por admirar sus muslos largos, brillantes y torneados. En los pies sin medias, unas rosadas zapatillas «Vans» ajedrezadas, que le brindan aparte de agilidad, juvenil comodidad.
    
    — ¡Bon biní Meliiii! —Me da la bienvenida acompañada de un fuerte abrazo y dos besos que me dejan con seguridad, mis mejillas coloreadas por ...
    ... sus carnosos labios naranjas.
    
    — ¡Gracias Maureen! Pues ya lo ves, yo por aquí de pasadita, como visita de médico. —Le respondo feliz de verla, tomándola de las manos.
    
    — ¿Kon ta baí? —Me pregunta con su tierna vocecita. Eso si no le ha cambiado para nada. Y sonriente, da un paso hacia atrás y me observa de pies a cabeza, deteniendo su mirada en mis tetas, asombrada.
    
    —Estoy muy bien muñeca, feliz de estar de nuevo en este paraíso. Gracias por preguntar. Le contesto y luego cortésmente me intereso por su estado. — ¿Y tú?
    
    —Mi ta bon, Danki. –me responde al tiempo que sus manos se liberan de las mías. – ¡Estas divina, Meli! Muy «fashion» con tu vestido y el nuevo corte de cabello. Te hace ver más… ¡Madura! Pero igual de Dushi. —Le sonrió pero pienso si es que… ¿Me está diciendo vieja?
    
    — ¡Y tu muñeca, te ves divina!, le respondo. —Te ves muy «cool» con ese peinado y esos delicados atrapa sueños pendiendo de tus orejas. ¡Cómo has crecido, por Dios! Te has convertido en toda una mujer. ¿No estarás ya rompiendo corazones, o sí? —Le pregunto y de inmediato noto como nerviosa se lleva el dedo meñique hasta su boca, mordiéndolo levemente y sus ojos cafés, se desvían hacia mi izquierda, como buscando refugio a mi pregunta… ¿En mi marido?
    
    —Más de uno la acecha, pero esas carnitas no son carroña para cualquier buitre. ¿No es así Maureen? —Dice de repente Camilo, abriendo sus brazos para cobijarla en un afectuoso apretón.
    
    Pero la ya no tan pequeña jovencita, riéndose a ...