1. Infiel por mi culpa. Puta por obligación (7)


    Fecha: 26/07/2024, Categorías: Grandes Relatos, Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos

    ... o de rozarla simplemente con las yemas de mis dedos como tantas veces sucedió y con la amorosa paciencia de aquella primera vez. ¡Pero no lo debo hacer!
    
    —No mi Cielo, en verdad no hubo nada malo. Estábamos bien pero me fui sintiendo abandonada, aburrida de estar en casa todo el día sin hacer nada. Aquí fue diferente pues lo que logramos, lo planeamos y construimos entre los dos. No fue tu culpa, te lo aclaro de una vez. —Siento como Camilo me escudriña por detrás con su mirada. Es como si quisiera tocarme y abrazarme. Ojala lo hiciera y yo no tuviera que contarle todo y se terminara esta pesadilla ya. ¡Ilusa, eso no sucederá!
    
    —Pero dirigías todo en nuestra casa. Te encargabas de Mateo e ibas al club. –Le refuto su punto de vista. – Te veías muy a gusto de pasar las tardes rajando con las vecinas. No parabas de hablar de tu amiga rusa y de lo divertida que era su hija adolescente, y cómo por esa razón eras el eslabón entre su rebelde juventud y la inconforme madurez maternal. —Mariana se gira de medio lado hacia mí. En sus mejillas noto el rubor producido por la alta temperatura, confirmado por las gotitas de sudor en su respingada nariz, y esa sonrisa leve trazada por sus labios ya despintados, con su hermoso rosa natural.
    
    —Además Melissa, –continúo– me colaborabas con tus ideas para las reformas y tus conceptos me sirvieron muchas veces para convencer a los nuevos propietarios de realizar otras adecuaciones antes no planeadas, generando satisfacción en ellos, ...
    ... ingresos adicionales para la constructora y por supuesto, una palmadita en mi espalda por parte de la junta directiva. —Levemente, a Mariana se le van entrecomillando latinas sus mejillas, y pensativa asiente al recordarlo.
    
    —Sí, mi vida. Y estaba feliz de colaborarte pero… ¡Algo me estaba haciendo falta! La verdad es que sentí algo de envidia, no solo de verte ocupado en lo que te gustaba, también de cómo me hablabas de lo que sucedía día tras día en tu oficina o de tus salidas a beber por las noches con esos amigos desconocidos para mí, pero que con tus comentarios y variadas anécdotas, me los hiciste tan cercanos. ¡Y me dieron ganas de trabajar de nuevo! Tener igualmente un nuevo mundo para vivir otras experiencias y salir de la rutina; poder compartirlas en las noches contigo y que no me vieras como una más de aquellas amas de casa, monótonas y aburridas. —Camilo suspira y pensativo, deja descansar su mentón en la herradura que se forma entre su pulgar y el dedo índice de la mano izquierda, antes de responderme.
    
    —Pero es que Eduardo era el que me obligaba a salir con ellos para fraternizar y dejar de lado de tanto trajín. –le manifiesto como si fuese un chiquillo reprendido después de cometer alguna travesura. – Además me contabas cosas nuevas todos los días, de Mateo y tuyas, para nada aburridas. Como cuando ibas de compras con Fadia a conocer los almacenes de los nuevos centros comerciales, y se demoraban horas probándose vestidos y zapatos o hablando de los últimos ...
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