1. Verano del 84 (Capítulo 2)


    Fecha: 26/07/2024, Categorías: Primera Vez Autor: Flyer, Fuente: CuentoRelatos

    ... empezaba a pajearse.
    
    - Uy que lindo… pero me vas a tener que correr la mano.
    
    - Si, avisame y la saco.
    
    Comenzamos el ritual creciendo el ritmo, aunque estaba claro que no iba a ser largo para ambos. Los roces tímidos entre nuestras piernas y las caricias suaves de mis bolas nos electrizaban-
    
    - ¡Ahí va Susi! - dije entre jadeos y Susi corrió su mano.
    
    Pero el primer chorro se fue largo, sobre su vientre y tan fuerte que alcanzó su pezón izquierdo. Corregí mi puntería doblando mi pene hace abajo, pero eso llevó a apoyar mi glande en su ingle. Mas contacto de piel y furiosos tres chorros adicionales que fueron donde debían, empapando su vello y chorreando hacia su ranura. Eso detonó su orgasmo, aún sin tocarse. Sus piernas se cerraron violentamente sobre la mía, dobló sus rodillas y levantó su torso. La tensión y los espasmos en su bajo vientre eran visibles, y podía sentirlas en mi pierna atrapada entre las suyas. Yo también tuve mi cuota de espasmos, mi clímax fue igual de espectacular. Tanto que mi pierna izquierda se resbalo de la cama y me apoyé en el piso. Ambos emitimos largos pero contenidos gemidos, ya estábamos en un punto donde prestábamos mucha atención ...
    ... a no ser oídos. Susi movió su mano, probablemente buscara su entrepierna en forma refleja, pero se encontró con mi verga en el camino. La volvió atrás en un instante de duda, pero luego me agarró.
    
    - Pajeame por favor, no pares.
    
    Dije entre jadeos, ya parado al costado de la cama, con mi rodilla derecha sostenida en el borde. Obedeció y comenzó a frotarme como había visto que yo lo hacía. Llevó su mano a su concha, y yo coloqué la mía encima, como preguntando. Retiró la suya y comencé a dedearle el clítoris con mi índice. Nos miramos. Esta vez Susi explotó primero. Mi dedo continuó, hasta el punto en que entre temblores me sacó gentilmente. Se concentró luego de nuevo en mí, y aceleró el ritmo hasta que derramé dos nuevos e intensos chorros que cayeron en sus tetas. Luego sin soltarme frotó con su pulgar mi frenillo y mi glande y retrocedí de un respingo.
    
    - ¡No!… me hace cosquillas, jaja.
    
    - Debe ser como me pasó a mí.
    
    Le masajee sus tetas, su vientre, su pubis, su entrepierna con todo el semen que le había derramado, mientras nos mirábamos con sendas sonrisas cómplices. Otra barrera se había vencido, y sin decirnos nada, sabíamos que ambos estábamos bien con eso. 
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