1. Ana, la oficina y las luces de la ciudad


    Fecha: 27/07/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Luis en Arcadia, Fuente: CuentoRelatos

    ... bajar a Ana de un auto, algo raro porque ella tenía el suyo, antes de entrar la esperé sin importar que viera que iba tarde, me vio y me dijo que su carro no quiso prender y tuvo que pedir Uber, entramos y la jefa de recepción nos comentó que el elevador no podría usarse por unas horas, teníamos que ir por las escaleras hasta el noveno piso. Ana me dijo que no teníamos otra opción, nos dirigimos a las escaleras y no eran lo suficientemente anchas para ir juntos por lo que la dejé pasar primero, por primera vez y con plena conciencia y emoción iba mirando su culo tan cerca de mi rostro, moverse de un lado a otro sin ninguna restricción, lo empecé a disfrutar demasiado y me comencé a excitar, todo ese día en la oficina no podía dejar de pensar en eso, sentí un calor recorrer mi cuerpo y me propuse masturbarme pensando en lo que había visto.
    
    Camino a casa sólo tenía una misión, para mi sorpresa no había nadie cuando llegué, busqué las fotos de Ana en Facebook y mientras las miraba y recordaba el evento que había sucedido sentí como mi pene empezaba a crecer y ponerse duro, me masturbé pensando en ella imaginando esas nalgas carnosas siendo mías por un buen rato, acabé en la ducha imaginándola siendo mía ahí también.
    
    Pasaron unos pocos meses y cada vez mi relación con Ana era más cercana, hablábamos ya de cosas más personales, me contó de su divorcio, sus hijos, su vida y yo de la mía, varias veces íbamos a diferentes lugares fuera de la oficina por cosas del trabajo. ...
    ... Alguna vez llegamos a hablar de relaciones, parejas y sexo aunque superficialmente y sin insinuar nada ninguno de los dos, pero hubo un momento en que me preguntó cómo me gustaba una mujer, le dije que en realidad siempre me atrajeron las mujeres mayores, como maestras que tuve en la escuela, siempre cuidé el ser respetuoso y no decir más de la cuenta y únicamente responder lo que había preguntado, era una mujer empática y muy abierta pero sentí que con mi respuesta apareció un poco de vergüenza en su rostro.
    
    Hasta que un buen día, finalmente vi que ella también podría sentir algo por mí, tuvimos una reunión de trabajo con personas importantes y ella iba muy bien arreglada, se veía hermosa, más de lo habitual, llamaban la atención sus senos queriendo salir por encima de su escote y unas medias negras que pude ver le llegaban a los muslos, al acabar la reunión me pidió que la acompañara a recoger unas cosas que iba a necesitar en una bodega que tenía la empresa dentro de un estacionamiento subterráneo, era un día en el que ya con normalidad hablábamos como si fuéramos los más íntimos amigos, no podía dejar de verla en el auto, ella conducía y noté que Ana empezó a sentir mi mirada constante y con cierto deseo, ansioso de que algo sucediera ya no lo pensé más y le dije que se veía hermosa, que de hecho siempre era así, se río y me devolvió el cumplido.
    
    Me recordó lo que un día le había dicho sobre mi gusto por las mujeres mayores, en una risa un tanto cómplice me dijo: -“A ...
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