1. La buena esposa


    Fecha: 30/07/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... había hecho la noche pasada, una verdadera locura, solo faltaría eso ahora, ir a aquel establecimiento solo porque se lo ordenaba aquel hombre, un desconocido arrogante, esto es lo que era; un arrogante.
    
    Mientras pensaba en ello notó la vibración de su móvil, se trataba de un mensaje: “Me has decepcionado. Lastima del tiempo que te he dedicado”. Miró a su alrededor, a sus espaldas. parecía que él sabía todo lo que ella hacía. No pasaron ni cinco minutos en que desandara lo recorrido.
    
    Solo una vez había estado, con unas amigas, en uno de aquellos establecimientos y, por descontado, nunca había entrado en una cabina. En aquel momento no había ningún cliente, lo que la tranquilizó, se dirigió a la joven que estaba en el mostrador y le pidió cinco monedas de euro como cambio para las cabinas, notó la curiosidad en su mirada.
    
    Las paredes eran negras y aquel reducido espacio solo recibía la luz de una pantalla, en aquel momento de un azul vacío, pronto aquella muda pantalla se llenó de imágenes y la cabina de gemidos, ella iba pasando de vídeo a vídeo, mirando fragmentos, viendo aquellas caras de mujeres gozando, entregadas, aquellos penes penetrandolas. Nunca se había sentido atraida por la pornografía, preferia una buena película, entendia que los hombres eran mas visuales que ellas, aun así no podía negar cierta excitación. ¿Sabría él que finalmente había accedido a su orden?.
    
    Fué entonces cuando se percató de aquellos dos agujeros, uno en cada pared lateral de ...
    ... la cabina. Ahora entendía porque la había mandado ir a allí. Aquel falo flácido, apareciendo de la nada, debía ser el suyo, era aquel mismo miembro que había notado duro en el metro. Sabía lo que esperaba de ella, de algún modo se lo debía, además el anonimato la animaba a hacer lo que autojustificaba como casi un deber. No sin cierto nerviosismo bajo su mano hacia aquel miembro para darle vida con sus caricias. Iba a hacer lo que nunca había hecho con su esposo; besarla, lamerla. Pronto se llenó la boca con ella, con aquella polla, que cada vez se endurecía y se hinchaba más y más dentro de ella. Se veía a sí misma arrodillada, con una mano apoyándose en la pared, la otra frotando su chorreante sexo, la cabina llena de gemidos lujuriosos, provinientes de los videos . Sintió el chorro de su semen en la garganta, en la boca, lo saboreó, mientras seguía frotándose. Luego aparecieron sus dedos, con aquellos ignominiosos veinte euros, después de dudar durante unos segundos, sorprendida, humillada y excitada, los cogió para ponerlos encima de la silla, que hasta hacía poco ocupaba. Aún le quedaban tres euros que se convirtieron en cuarenta. Nunca había mamado tantas pollas, ni tragado tanta leche mientras ella disfrutaba de sus orgasmos. Sentía vergüenza de lo hecho, pero sobre todo vergüenza de salir de la cabina y que la vieran. Cuando lo hizo, recogiendo y guardando aquel dinero, solo un hombre estaba en la tienda, un hombre que la desnudaba con la mirada. Con sus piernas aún ...