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Casualidades de la vida
Fecha: 11/08/2024, Categorías: Infidelidad Autor: Hansberville, Fuente: CuentoRelatos
... sensualidad con cada movimiento sin proponérselo siquiera. Su manera de andar, su manera de gesticular, su sonrisa pícara cada vez que se le ocurría alguna maldad. Todo en ella era atracción sexual. Natalia estaba casa y era madre de dos hijos. A sus 39 años había llegado a un puesto intermedio dentro de aquella gran empresa. Era una profesional más que reconocida y tenía una muy bien ganada reputación de responsabilidad. Nuestra tensión sexual se desató un fin de semana en que fuimos elegidos por la empresa para asistir a un congreso del sector en Barcelona. Junto a nosotros venía el director comercial, un señor metido en los 60 años. Durante los dos primeros días mantuvimos un ritmo de trabajo estresante con varias reuniones de la que salieron grandes contratos. Fue el sábado por la noche cuando pudimos tomarnos un respiro. El domingo era el último día y el éxito de la empresa había que celebrarlo. Fuimos los tres a cenar a un caro restaurante en el Puerto Deportivo de Barcelona con cargo a la empresa. Según Rogelio, el director comercial, todo aquello estaba más que justificado. Después de la cena el hombre dijo que a su edad no podía seguir en pie. Se despidió de nosotros después de declinar nuestra invitación para tomarnos la última. Nos quedamos Natalia y yo solos en la noche barcelonesa. Decidimos acudir a Carpe Diem a disfrutar de nuestro momento. Entre bailes y copas nuestros cuerpos se acercaron hasta que el beso se hizo inevitable. El vestido rojo de ...
... Natalia definía a la perfección su inmejorable figura. No me resistí a agarrarla por la cintura y acercarla a mí. Nuestros ojos se quedaron enganchados y mi boca buscó sus carnosos labios pintados de rojo sangre. No sé en que momento pasó pero lo siguiente que recuerdo es estar en el asiento trasero de un taxi en dirección hacia el hotel Arts donde nos hospedábamos. Ante la mirada envidiosa del taxista, a través del retrovisor, mi compañera y yo nos devorábamos a besos mientras nuestras manos recorrían nuestros cuerpos. La leyenda de mi polla no había llegado hasta la empresa de manera que cuando Natalia palpó mi erección en el pantalón me miró fijamente con ojos lujuriosos. Yo le miré con media sonrisa algo prepotente… Llegados al hotel subimos en ascensor hasta la 10ª planta, en la subida seguimos besándonos apasionadamente. Nada más cerrar la puerta, la mujer comenzó a desabrocharme el pantalón. Tenía prisa por saber lo que había palpado. Cuando me dejó solo con el bóxer negro se arrodilló y mordió la silueta de mi polla por encima de la prenda. Luego lo bajó de golpe y ante ella se erigió imponente el mástil de carne. Yo la miraba desde arriba y ella no pudo evitar soltar un grito de asombro: -Joder. ¿Cómo puedes tener este pedazo de rabo? Comenzó a lamerlo por lo laterales antes de intentar abarcar el capullo con sus morbosos labios. Intentaba comérmela como podía. Era imposible que le cupiera entera. De repente la agarró con las dos manos y comenzó a pajearme ...