1. ¡Me viola un tipo amable! ¡Hasta casi le agradezco!


    Fecha: 15/08/2024, Categorías: No Consentido Autor: MikeFed, Fuente: CuentoRelatos

    ... llave. Fui a su encuentro y lo que encontré me paralizó: un tipo, de unos treinta años, hermoso, con un traje azul espectacular, y una sonrisa más espectacular aún. No dijo nada, solo extendió uno de sus brazos para darme… un ramo de jazmines blancos maravillosos.
    
    -Hola, vas a tener que cambiar de lugar la llave de seguridad. Puede entrar alguien, y hacerte quien sabe que cosa. Dijo con una sonrisa.
    
    Dios mío. Era su voz. Altura, voz, jazmines. No podía ser otro que mi violador.
    
    -Sos vos. Dije tartamudeando.
    
    -¿Te acordás me mí entonces?
    
    -Por supuesto que me acuerdo desgraciado. Dije sonriendo pensando en mi violador.
    
    -Soy Fernando, tu novio de la secundaria. Eso, y pegarme un mazazo en la cabeza fue lo mismo.
    
    Fernando fue mi primer “novio”. Yo estaba en tercer año, el en quinto. Un flaco desgarbado, con lentes. Un solitario, un genio solitario. Promedio general 10 en el secundario. Fue el primer chico que me beso, más que de los besos no pasamos. Y lo hacía muy rico. Solo estuvimos dos meses de “novios”. El terminó el secundario y no lo vi más.
    
    -No puede ser. Fernando. Dije sin animarme a preguntarle si era mi violador.
    
    -Sí, soy yo. Dijo
    
    Sonó mi celular, lo maldije por eso y atendí. Era Jorgina.
    
    -Bueno, te cuento que la cena ya está lista. Solo tenes que sacarla del horno y servir.
    
    -¿No entiendo, y vos? Dije totalmente confundida por Fernando, mi idea que era mi violador, lo que me decía ella.
    
    -Los dejo cenar solos. Disfruta mucho, pero ...
    ... mucho. Te quiero mucho.
    
    Cortó sin darme tiempo a nada.
    
    -Pasa Fernando, que sorpresa, estoy muy confundida por varias cosas, perdoname. Analía me acaba de decir que no viene. No entiendo, sos invitado de ella.
    
    -Si. Pero no importa. Estoy feliz de poder cenar con vos, y a solas.
    
    Cada vez que hablaba, me convencía más que era mi violador. ¿A que loca se le ocurre preguntarle a un tipo que fue su novio de la adolescencia, que vive en Córdoba si era mi violador? Ni yo haría eso. Y no lo hice.
    
    Se sacó el saco, no permitió que lo cuelgue, lo dejo sobre una silla y nos sentamos a cenar. Charlamos de nuestras vidas, el soltero y sin novia, yo soltera y sin novia, nuestros trabajos, en fin, de todo. Cuando terminamos de comer el matambre me miro sonriendo, con una sonrisa que bien podría haber sido la de mi violador, por lo hermosa que era y me dijo:
    
    -Por el postre no te preocupes. Yo ya tengo mi postre. Dijo sonriendo.
    
    Lo mire totalmente confundida. No había traído nada, ni yo había comprado nada. Tampoco vi que haya pedido algo por teléfono.
    
    -¿Cuál es tu postre Fernando? Pregunte con cara de no entender nada.
    
    -Vos. Dijo y saco el bolsillo de su saco un par de esposas, un collar con interior de piel, y una cadena.
    
    -Hijo de puta. No me equivoqué, sos vos. Grité y me tire encime de él para besarlo como loca. Me abrazo y me largue a llorar como una adolescente.
    
    -Veo que no estás muy enojada. Me dijo sonriendo.
    
    -Desgraciado. Quedé loca desde la primera ...
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