1. Infiel por mi culpa. Puta por obligación (6)


    Fecha: 18/08/2024, Categorías: Grandes Relatos, Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos

    ... –estirando el vestido por sus caderas– y se me acerca con su carita alegre y la emocional curiosidad.
    
    — ¿Haber, por qué crees tú? ¡Claro, no estoy feliz! No me has buscado en media anio. Ni una llamada Camilo, ni una. ¿Y crees que deba estar sonriente contiga? Y no soy «mica» o rubia, soy peliroha. ¡Carambas! —Me dice enojada.
    
    Iryna parece estar molesta, pero sé que en el fondo es mentira, ella es como esas muñecas rusas, que te muestran una cara pero debajo se esconde otra y unas más, sonrientes todas. Quizás un poco dolida pues tampoco le avisé de mi partida, pero todo fue muy rápido y además porque ella, –a pesar de todo– se considera como la mejor amiga de mi esposa.
    
    —Bueno, bueno. ¡Pero si me vas a regañar!... ¿Para qué me pegas? —Y le guiño un ojo, sonriéndole.
    
    —Si no es porque tenga a tu hijo aquí conmiga, jamás me llamarías. ¿No es verdad? —Me recrimina sin subir el tono de la voz. No alcanzo a debatir con la rusa aquella suposición, pues Mariana ya a mi lado, interpone su cabeza entre la pantalla y mi visión.
    
    — ¡Amiguis! ¿Cómo estás? Ya sé que anoche no te llamé como quedamos pero la verdad, entre registrarme en el hotel y desempacar, –y vuelvo a mentir– se me pasó. ¿Cómo está mi Mateo? ¿Sí durmió bien? ¿Las molestó mucho? —Le pregunta Mariana a su amiga y yo, camino afuera, sin ver la reacción en el rostro ovalado y en aquel par de ojos verdes de nuestra vecina.
    
    —Meli, también tú marchas y te olvidas de mí. Pero yo te perdona porque te quiero ...
    ... mucha. Y sí, tu angelito no molesta para nada. Durmió coma un lirón, en la cama de mi Natasha. ¡Mateooo! Ven aquí y hablas con tu madre. —Me emociono al saber que voy a poder hablar con mi hijo y con suavidad aparto del hombro un poco a Mariana, para colocar en horizontal la pantalla y poder verlo entre los dos, evitando el brillo del sol.
    
    — ¡Mamitaaa! —La voz de mi Mateo gritando emocionado se escucha un poco lejana. Y a mí me palpita con fuerza el corazón.
    
    Mariana se lleva las manos a su cara, reposa las palmas sobre sus mejillas, inquieta al escucharlo. No se percata de que la observo detenidamente. Respira tan fuerte que puedo sentir el calor que emana de sus fosas nasales, al hacerlo tan cerca de mi antebrazo. Su boca entreabierta, los labios secos y un poco agrietados; la puntica rosada de su lengua asomando apenas, sin brindarles humedad. Y yo me aguanto estas ganas de calmarle con mi boca su resequedad. ¿Por qué mi cielo, por qué?
    
    Mi hijo grita dichoso al saber que podrá hablar conmigo. Estoy por supuesto encantada de que me vea por video, pero también porque podrá hablar con su padre y vernos juntos después de tanto tiempo. A mi esposo le tiembla un poco el pulso. Igualmente lo veo emocionado. Así no diga nada, lo intuyo, sé que me mira, –su reflejo en la pantalla es mi cómplice– y me repasa con su mirada. ¿Qué podrá estar sintiendo ahora, después de estar separados estos meses? Volver a compartir este instante los tres, así sea por medio de una videollamada. ...
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