Goloso de piscina
Fecha: 22/08/2024,
Categorías:
Hetero
Autor: MathewDream, Fuente: CuentoRelatos
... que me contemplaba desde su relajada posición, tumbada, apoyándose sobre los codos y con las piernas estiradas flotando sobre la superficie acuática.
Estaba seguro de que si en algún momento le caí bien, eso se había acabado.
Pero la miré y pareció sonreírme. Luego se incorporó un poco, se sentó con los muslos ligeramente separados y empezó a mover sus pies suavemente como si pedaleara en el agua.
Por lo que me había contado mi amiga, Julia tenía 43 años y parecía una mujer seria, si, pero cariñosa, no muy estricta y alguien que siempre estaba para apoyarla en casi todo. Sus caderas y hombros eran más anchas, sus muslos tenían más carne y sus labios sobresalían más que los de su hija. Todo aquello, junto con sus pechos, más bien grandes y con una erótica caída natural que apenas quedaba recogida por la parte superior de su bikini de triángulo de color negro, dibujaban las curvas de un perfil de mareante figura que, contemplada además desde mi posición, más baja que la del improvisado asiento que ella ocupaba en el borde de la piscina, se me hacía espectacular. Sus cabellos negros, suaves y lisos, le llegaban hasta los hombros y hacían juego con sus gafas oscuras y ese traje de baño en dos piezas, cuya parte inferior, también negra, se sujetaba tan solo por sendos lazos a los lados de su cintura.
Pero la verdad es que no hubo demasiado tiempo para fijarme en ella, porque el dialogo que temía, ya iba camino de golpearme con las primeras palabras que pronunció, ...
... acompañadas de una malévola sonrisa de medio lado.
–¿Besa bien?
–¿Quién?
–¿Quién va a ser?, Alma
No respondí.
–El agua de la piscina está muy clarita, así que se ve bien el fondo y todo lo que pasa mientras buceas. –Dijo de repente.
–Perdón, yo solo…
–No te preocupes, que a mí me parece bien. –Interrumpió cortando mi pésimo intento de explicarme y desviando la mirada hacia otro lado con indiferencia.– Que disfrute un poco, que luego acabará por ahí casada con algún soso con el que ya no tendrá oportunidad, como nos ha pasado a otras.
Y en ese momento pensé que el motivo por el que aquella mujer parecía tan seria, podía ser un matrimonio aburrido del que había decidido hablarme porque había visto en mi un cómplice con el que desahogarse lanzando quejas al aire.
–A Juan no le hacía mucha ilusión que vinieras, pero Alma estaba emocionada. Así que no le hagas ni caso si te dice cualquier cosa.
Por mi parte solo pude sonreír tímidamente y seguir flotando estático en el centro de la masa de agua que me rodeaba. Pero la mujer pretendía continuar la conversación.
–Me contó que te gusta escribir y dice que se te da muy bien.
–Bueno… gracias. Sí que me gusta, pero yo no diría tanto, tengo mucho que aprender.
–Anda, modesto, si me dijo que habías ganado un premio y todo. –Julia por fin empezaba a sonreír y comenzaba a resultarme agradable su compañía.
–Solo fue un segundo puesto en un concurso del instituto. –Aclaré.– Me dieron un diploma y ya está. ...