Goloso de piscina
Fecha: 22/08/2024,
Categorías:
Hetero
Autor: MathewDream, Fuente: CuentoRelatos
... cayeran y resbalaran por el muslo de ese mismo lado. Luego me acarició el pelo, que yo también tenía húmedo por la reciente zambullida, mientras me dirigía una mirada tierna.
–¿Entonces? ¿Te resulta desagradable?
–No, claro que no. Es muy agradable.
Y recorrió su piel con los mismos dedos con los que acababa de acariciarme, subiendo hacia el lazo del lado derecho del bikini que luego deshizo lenta y juguetonamente, con sus pupilas clavadas en mis pupilas.
Bajé la mirada y me sentí bastante excitado al contemplar ese tono de piel blanco que se distinguía del bronceado y el escaso vello púbico que se divisaba en la zona descubierta.
Luego su otra mano repitió la misma operación en modo espejo, con las mismas gotas en el muslo, una caricia y de nuevo un recorrido que finalizaba en descomponer el otro nudo, dejando este, mucho más a la vista, especialmente cuando la mujer apartó por completo aquel trozo de tejido y dejó que una parte de los cordones que lo sujetaban acabaran en el agua, acercando después un poco más su entrepierna al borde de la piscina con un suave movimiento de cadera que desee con todas mis fuerzas que no estuviera malinterpretando y fuera un inequívoco gesto para incitarme a probarla sin temor.
Mientras tanto, ya hacía tiempo que bajo el agua, en mi bañador no quedaba espacio para la erección que estaba ocurriendo sin remedio.
–¿Y ahora? ¿Te resulta desagradable?
Tragué saliva y eche un lujurioso vistazo a aquellos deliciosos labios ...
... abriéndose ante mí y ese pubis con algunos pelitos cortos, arreglados de forma muy sensual con la intención de no asomar por ningún lado del bañador o la ropa interior elegida en cada momento para cubrir aquella zona íntima. Y aunque por un momento pensé en Alma y en cómo iba a odiarme si algún día se enteraba de aquello, inevitablemente caí en la tentación, y sujetándome de los muslos de aquella mujer para no hundirme, ya que no hacía pie en la zona donde estaba, pasee mi lengua entera, de principio a fin, con ávido deseo y goteando saliva que me caía hasta por la barbilla por aquel sexo palpitante, abriéndome camino con decisión para alcanzar con caricias directas el clítoris de Julia. Por su parte, ella me acogió encantada mientras me perdía entre sus muslos, acariciándome el pelo, arqueando la espalda, asomándose para visualizar en detalle la imagen de cómo me la comía y gimiendo de gusto con una placentera sonrisa en el rostro.
Se suponía que la madre de Alma no había sentido antes como la saboreaban con aquel apresurado deleite y me sentía en la obligación de proporcionarle un inolvidable placer, así que puse todo mi empeño en cada lametón, en cada beso, en cada chupetón, sin ofenderme si me daba alguna indicación que me hiciera parecer inexperto, ya que realmente lo era. Se abría con los dedos para que mi lengua tuviera fácil acceso y me hundía la cara en su entrepierna, encantada, tremendamente mojada, acelerada.
Y yo soñaba en aquel momento con, si aquello solo ...