Goloso de piscina
Fecha: 22/08/2024,
Categorías:
Hetero
Autor: MathewDream, Fuente: CuentoRelatos
... agradable… –Respondí muy nervioso.
–Que va, a mi no me lo han hecho nunca. Por eso te digo que no me importa la relación que tengas con mi hija. Mientras la trates bien y no la obligues a hacer nada que ella no quiera… Pues que disfrute. Que otras no hemos podido –Sentenció de repente.
–Jamás le haría daño ni le obligaría a hacer nada que ella no quiera hacer, por supuesto.
–Lo sé. Sé que eres buen chico y la cuidas mucho. Ella me lo cuenta todo.
–Gra… gracias.
–Es solo… que me sorprendió aquella historia y sentí un poco de envidia de Alma. Ya ves que tontería, ¿verdad?
Julia suspiró y evito un encuentro visual directo fijándose en el horizonte.
–El imbécil de Juan dice que no me lo come por el olor. ¿Te lo puedes creer? –Comentó a modo de confesión de nuevo.
–Pues… no, la verdad.
–Me lavo y me cuido muy bien, no sé a qué quiere que huela…
Y ante aquella situación en la que ya no sabía qué hacer o donde meterme, lo único que se me ocurrió decir fue…
–Un coño tiene que oler a coño, y está bien. No sé qué empeño hay con que tenga oler a rosas o no se…
Julia no pudo más que carcajearse con el comentario de quien para ella era un adolescente que no sabía demasiado de lo complicada que es la vida, y a mí, que no lo pensé antes de actuar, no se me ocurrió otra cosa que sumergirme en el agua y sacar la cabeza de nuevo a la superficie a apenas un metro de su entrepierna.
–¿Te acercas para comprobar si es cierto que huele mal? –Me dijo de repente ...
... sonriendo, arqueando una ceja y sin hacer ningún amago de cerrar sus piernas.
–No… solo… me dio por bucear sin más, no se… Además estoy seguro de que no huele mal.
–Desde ahí está claro que no puedes oler nada. –Se burló.
–Si no quería…
–Venga, dame tu opinión. A ver si con eso me das alguna idea para convencer a mí marido de que sea más generoso.
Y nervioso, ligeramente excitado, pero muy temeroso de hacer algo que no debía, fui acercando la nariz, despacio, viendo como Julia se echaba ligeramente hacia atrás y me dejaba todo el espacio posible en su entrepierna, hasta que estuve a unos pocos centímetros de la braga de su bikini, que en esa posición dejaba intuir la forma de los labios de su sexo. Luego aspiré y ella dio un pequeño respingo, mientras no pude más que disfrutar de las sensaciones de una embriagadora mezcla de aromas: La crema solar que a esas alturas su piel ya había absorbido, el olor del champú que llegaba desde sus cabellos hasta donde me encontraba y, sobre todo su humedad, provocativa, que además podía verse brillante en sus ingles y manchaba ligeramente aquel minúsculo trozo de tela que le cubría lo justo.
Me sentí muy tentado, deseoso, incluso puede que me mordiera el labio y dejará ver una mirada de súplica por las ganas que tenía de besarle ahí abajo. Pero estaba inmóvil ante la situación.
Y permanecí así durante unos largos segundos.
Inesperadamente Julia recogió un poco de agua con la palma de su diestra y dejó que las gotas ...