Todos quieren con Laura...
Fecha: 23/08/2024,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos
Oye, comentó mi esposa, tengo curiosidad. Chequeando el internet, encontré este anuncio: Hoy viernes, 5 pm hasta 3 am, noche de esposos cornudos y esposas en gangbang. Noche de coger y beber. Tenemos confirmadas varias damas que tendrán sexo grupal con varios de los asistentes en presencia de los esposos. Me gustaría ver qué pasa allí, dijo. ¿Estás segura? Pregunté. Es curiosidad, contestó, no hay ninguna obligación. ¿O sí? Para nada, respondí. Si quieres, vamos…
Era evidente que aquel anuncio había despertado su interés, porque de inmediato inició los preparativos y no hubo necesidad de precisar sobre aspectos de modo, tiempo y lugar. La idea de asistir a aquello ya rondaba en su cabeza, así que procuró alistarse lo más pronto posible, pues ya eran algo así como las 7 pm. No era necesario preguntar nada acerca de sus intenciones, pues su vestimenta, ligera y atrevida, hacía suponer que iba en plan de acción, si es que aquello captaba su interés.
El recorrido hasta allí no duró mucho. El lugar se encontraba realmente cerca, así que llegamos bastante rápido. Cuando estuvimos dentro del sitio, comprobamos que se trataba de un salón de forma circular, no muy grande, con sillas y mesas colocadas en frente de una pista de baile, de forma semicircular, decorada con grandes espejos. No nos pareció gran cosa y la primera impresión no fue muy agradable. Había pocas parejas en el lugar y, para la hora, no parecía muy concurrido el evento.
La música sonaba y, poco a poco, las ...
... parejas que había allí se fueron animando a bailar para romper el hielo e ir calentando el ambiente. Y también, de a poco, empezaron a aparecer más hombres que mujeres en aquel lugar. Ellos, semidesnudos, se intercalaban con las parejas que allí bailaban. Su rutina consistía en abrazar a las mujeres por la espalda y acariciar sus cuerpos mientras ellas bailaban con sus parejas, maridos, novios o amigos. Incluso se atrevían a coquetear con ellas y, si lo permitían, pasar de las caricias superficiales a toqueteos algo más profundos en sus vaginas como parte del proceso de calentamiento sexual.
Era claro que quienes estábamos allí íbamos dispuestos a tolerar aquellas intervenciones y disfrutar de la aventura, porque nadie parecía molestarse o disgustarse por tales atrevimientos con las mujeres. Todo estaba permitido y consentido. Y ellas, claro está, se mostraban dispuestas a dejar fluir todo aquello. En principio no hubo más que dos parejas sobre la pista, de manera que los demás simplemente observábamos cómo evolucionaba aquello.
Los hombres, en el ejercicio de su rol, procedían a desnudar de a poco a las damas, quienes, sin dejar de bailar con sus parejas, lo consentían y disfrutaban. Los hombres, los cornudos, ni se inmutaban ante esto y seguían marcando el compás de la música mientras sus parejas eran atendidas por aquellos dedicados hombres, quienes, actuando de a tres por pareja, masajeaban, desnudaban y coqueteaban con las excitadas damas.
La rutina incluía que ...