Todos quieren con Laura...
Fecha: 23/08/2024,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos
... cuando la dama lo permitiera, como en efecto sucedió. Tal vez fuimos diez o quince hombres quienes tuvimos la suerte de participar de aquello y, para disfrute de la dama, quien parecía no contentarse con nada, la penetramos no una sino varias veces. Ella, ya comprometida en la aventura, propiciaba variaciones en la manera de hacerlo.
Inicialmente se dejó penetrar manteniéndose acostada de espaldas, pero después decidió colocarse en posición de perrito y fue en esta posición donde el mayor número de hombres accedimos a ella. Quizá se sentía más cómoda dejándose penetrar sin conocer el rostro y contextura de quienes la abordábamos. Su acompañante, el esposo suponía yo, se limitaba a observar y fotografiarla. Y pasado el tiempo, y aquel disfrute, la aglomeración se fue diluyendo, principalmente porque otra mujer ingresaba al lugar y, por supuesto, había que atenderla.
El grupo de hombres, ahora, acudía al lugar donde otra mujer se iba instalando para tratar de tener sexo con ella, y al parecer esa era la forma como se desarrollaba la dinámica del evento. Y habiendo visto cómo era aquello, bajé a reunirme con mi esposa. Tremenda sorpresa me llevé cuando, al llegar al primer piso, la encuentro en la pista de baile, ya involucrada en la dinámica del espectáculo. No se había aguantado, pensé. Y, asediada por tres hombres, ya disfrutaba de la experiencia.
Uno de ellos estrechaba su cuerpo contra el de ella, mientras sus compañeros le hacían sentir en sus nalgas la dureza de ...
... sus miembros. Y ella, encantada, les seguía el juego, pero aún se mantenía vestida, de manera que aquello no pasaba de ser un calentamiento previo. Al verme llegar, por supuesto, se disculpó con los muchachos, tal vez diciéndoles que se reuniría conmigo y que después seguirían con el cuento. Realmente no sé qué pasó, pero lo cierto es que abandonó la pista de baile y se juntó conmigo en la mesa.
Te vi muy animada comenté y pensé que ya estabas metida en el cuento. No, contestó. Te estaba esperando. Bueno, dije, y empecé a comentarle cómo era que funcionaba el asunto, así que era cosa de ella si se involucraba o no en la actividad. ¿Qué piensas tú? Pregunté. Pues, si ya estamos aquí, contestó, hagámosle. ¿Estás de acuerdo? Me preguntó. Si tú quieres y no te incomodas, no tengo objeción. Al fin y al cabo, es una aventura compartida. Tú decides… Decidimos los dos, replicó ella. De acuerdo, entonces, dije. ¡Vamos!
Cuando salimos a la pista de baile, ya fue otro grupo de muchachos el que nos abordó. Los anteriores quizá ya estaban gozándose a otra mujer en el segundo piso, porque, a esa hora, el lugar ya estaba bastante concurrido. Así que, no más iniciados los primeros compases de baile, ya mi mujer era asediada por los hombres que, siguiendo la rutina del evento, tenían la función de abordarla, excitarla y prepararla para tener su múltiple aventura sexual.
Para complacencia de ella, uno de los integrantes del grupo era un muchacho de color, con un cuerpo bien trabajado, ...