1. Secuelas de una pandemia (I): Olfato


    Fecha: 01/09/2024, Categorías: Gays Autor: LetraEros, Fuente: CuentoRelatos

    ... en principio, “raro” y la forma que encontró para normalizar la situación vino en forma de una propuesta lógica.
    
    – ¿Pongo una porno?
    
    Diego no respondió y Pato buscó una peli cualquiera. En silencio, comenzaron una paja casi sincronizada. Los ojos de ambos, fijos en la pantalla, se alimentaban de la escena que servía de excusa para tocarse las chotas. Diego abrió del todo la toalla y así, desnudo como estaba, comenzó a pasarse la mano libre por el pecho peludo. Pato, en cambio, tenía el pantalón en los tobillos y una remera, pero el cabo de unos segundos terminó quitándosela. Como imitando a su amigo, comenzó a acariciarse el pecho despojado de pelos, sin dejar de sobar su verga que, tal como lo había adelantado, había crecido más aún que cuando la había pelado minutos atrás.
    
    De pronto, como respondiendo a una orden, los dos se miraron. Con sus ojos recorrían el cuerpo del compañero hasta detenerse en las pijas. La peli era apenas una banda sonora de fondo, compuesta de gemidos y chasquidos húmedos.
    
    El primero en acabar fue Diego, convulsionando su cuerpo y haciendo que los abdominales se le marcaran notablemente en la rigidez del orgasmo. Tres segundos después, la verga de Pato escupió un ...
    ... lechazo que le dio de lleno en la boca y que limpió enseguida relamiéndose.
    
    El olor a leche apestaba el living.
    
    La panza de Diego brillaba después de la acabada. El brazo del sillón del lado de Pato estaba completamente salpicado. No podían dejar de mirarse a los ojos. Como un estallido, Diego comenzó a reír y Pato lo siguió con una carcajada, en esa extraña reacción que sobreviene al orgasmo entre dos. Y después, el silencio. Incómodo, extraño, cargado de un contenido no dicho pero claramente explícito y que debía romperse con una frase; cualquiera, la primera que viniese a poner orden en ese desmadre de dos machos que habían acabado a la vez mientras se miraban desnudos.
    
    –Alta paja, boludo. Me voy a dormir.
    
    ***
    
    Pato arrancó a la mañana siguiente con un mal humor evidente. “Tengo mucho laburo que hacer hoy”, fue lo primero que dijo cuando salió de su cuarto para hacerse un café, y regresar enseguida sin asomarse hasta la noche. Diego creyó ver en esa actitud un gesto de vergüenza por aquella intimidad compartida y optó por ser comprensivo, evitando cualquier comentario, hasta que, de a poco, volvieron a recuperar el clima de convivencia anterior, aunque despojado de cualquier situación sexual. 
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