1. Sobre ruedas (capítulo once)


    Fecha: 01/09/2024, Categorías: Gays Autor: osazo21, Fuente: CuentoRelatos

    Estaba claro que no quería tener nada más por el momento ni mucho menos meterme en alguna relación o compromiso, la última me había dejado algo vacío o decepcionado de todo. Por supuesto que Nelson trató de comunicarse conmigo, llamando por teléfono o mandando recados con los amigos o conocidos. Yo simplemente no respondía a ninguno de sus recados y si me ponía al teléfono al escuchar su voz, decía con voz monótona que se había equivocado de número. Mi reencuentro con Tito, el camionero, fue casual porque muy a pesar de tener su dirección, era de la opinión que no debía tener ningún tipo de relación con nadie de aquel ambiente de mi ex pareja. Estaba yo en La Lisa esperando la guagua como siempre que no pasaba, cuando alguien se me acercó, era Tito que me había visto cuando pasaba con su camión y que lo aparcó en una calle cerca y había venido a saludarme.
    
    -¡Coño, qué casualidad! Menos mal que te vi.
    
    Nos dimos las manos como si de dos amigos se tratara. Me explicó que me vio de casualidad y me invitó a ir con él hasta el camión porque allí no podía dejarlo por mucho tiempo. Me dijo que llevaba una carga a Pinar del Río que si quería ir con él para acompañarlo, para que los “amarillos” no le metieran a nadie en la cabina y para hablar de nosotros. Al principio no supe que decirle, él me calmó que ya sabía lo de mi ex y yo, reafirmó que era lo mejor que podía haber pasado.
    
    -¿Sabes? No eres el primero ni el último a quien Nelson le jode la vida y engaña…, no eres el ...
    ... primero que me singo cuando llevo a Nelson a su tierra. Aunque sé que no deba decirlo, él me paga el viaje dejándome a su gente, pero tú eres diferente…, se te ve por encima que no eres la mierda que le rodea.
    
    -¡Mira, Tito! Dejemos de hablar de ese, ya bastante me hizo…
    
    -¡Okey, mi nene, no se habla más de él!
    
    Subimos al camión porque de todas maneras Tito no me había hecho nada malo y me caía bien, amén de que con él el sexo era diferente. Como el camión iba cargado y en la cabina sólo había espacio para dos, los “amarillos” no pudieron meter a nadie en la cabina aunque cuando fuimos a Las Villas íbamos dos, pero la cabina era para dos. La tarde caía cuando tomamos la autopista rumbo a Pinar del Río, por suerte en la radio ponían buena música y nosotros conversábamos de mil cosas a la vez sin hacer caso al deseo que a ambos nos minaba por dentro. Yo le conté lo que había pasado en Las Villas con Nelson, el primo y que el amigo me había ayudado a huir porque realmente fue una huida. Tito dio dos piñazos en el timón.
    
    -¡Cojones, maricón de mierda! Yo tenía que haberte llevado conmigo…
    
    Yo le dije que no se pusiera así, que todo había quedado atrás y que le agradecía la manera en que se había portado conmigo, los consejos y sobre todo que debía haberlos seguido para evitar aquel mal momento.
    
    -¡Mira, yo mantengo lo que te dije en cuanto a que seas mi gente! Ahora tú mismo decides lo que quieres hacer…, sé que no te esperas una propuesta así pero te lo digo de ...
«1234...14»