Sobre ruedas (capítulo once)
Fecha: 01/09/2024,
Categorías:
Gays
Autor: osazo21, Fuente: CuentoRelatos
... corazón. Te pido que seas mío, primero porque veo que eres un tipo leal y buena gente, segundo porque nosotros dos disfrutamos rico aquel día.
No me esperaba una declaración así, en plena carretera con aquel tipo machote, aunque delgado, en él todo era virilidad. Lo miré y sonreí, me gustaba su bigote, sus ojos oscuros, su nariz, su manera abierta y clara de decir lo que pensaba, me gustaba su sexo. Alargué la mano hacía su entre pierna para agarrar su pinga.
-Si tú lo deseas, lo será… - Suspiró con fuerza, apretó mi mano con la suya.
Sabes que me gustas, que me volví loco desde aquel día en que singamos… No soy de enamorarme así como así, pero de verdad de los que he singado, tú me has llegado hondo. Te lo juro, después de ti no he singado con gusto… y lo mejor, sabía que nos encontraríamos porque supe que te habías alejado de Nelson. Él vino a mi casa a saber si tú estabas conmigo o no. Se lo dejé bien claro que si te encontraba, iba a hacer todo lo posible para que seas mi gente.
Quería darle un beso, pero le tomé la mano y se la besé. Vi en su sonrisa que le había gustado mi gesto. Después sabría más de ese gesto que para mí era normal y que él lo había interpretado como sumisión total hacia él. En la primera oportunidad que tuvo aparcó el camión girando por un camino, ocultándolo de la carretera, ya casi oscurecía. Me atrajo hacia sí para darme un beso en la boca, un beso pasional, dulce y sabroso. Después yo mismo me encargué de desabrochar la portañuela y ...
... sacar su pinga larga que empezaba a ponerse dura.
-¡Trágatela toda para que cuando se me pare la tengas toda adentro! -Así hice, metí en mi boca su pinga tratando de que al pararse fuera adaptándose dentro de mi garganta. - ¡No sabes las pajas que me he hecho pensando en este momento y lo ricos que mamas!
Yo empecé a mover mi lengua masajeando su pinga, la sacaba y saboreaba su glande y volvía a tragar todo de nuevo. Le acariciaba los huevos, cuando sentía que mis labios tocaban el tronco de la pinga, apretaba un poco los dientes para darle una suave mordida. Estuve chupando su pinga hasta que se vino, empezó a gemir, a decir que se venía y yo intensifiqué mis caricias y mamadas. Se vino en mi garganta, y cuando saque su pinga que seguía dura y chorreando semen, la lamí como si se tratara de un helado. Nos besamos.
-¡Nene, sé que no te gustaba tragarte la leche! Pero quiero que sepas que a cualquier macho eso le encanta. A mí me vuelve loco…, lo que has hecho es lo mejor.
-¡Papo, lo sé, lo sé y me gusta hacerlo cuando a mi macho le gusta!
Mi respuesta le gustó, nos besamos y me pidió que me desnudara y me acostara boca bajo en la cabina. Lo obedecí y quedé así esperando a que me poseyera. Antes me lamió mi ojete, mientras murmuraba “¡cojones, cómo me gusta!”, “le voy a dar mantenimiento todos los días” y muchas cosas más. Yo no pude más y le pedí que me penetrara.
-¡Cojones, eso me vuelve loco, que me pidan pinga!
No me hizo esperar y despacio después de ...