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Dominado en el colectivo
Fecha: 02/09/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: El otro yo, Fuente: CuentoRelatos
... terminé repetí todo con su otro pie. Luego de algunos minutos separó su pie de mi boca. Se levantó del sofá agarrándome de la cabeza con una mano para ayudarse. Llevó la mano que sostenía mi cabeza al botón del pantalón y la dejó quieta ahí. Cuando no soporté más la expectativa levanté mi vista. Volvió a entregarme su escalofriante sonrisa mientras sus penetrantes ojos verdes miraban hacia su derecha. Recién en ese momento me percaté que tenía agarrado su celular y me estaba filmando. Mi pene, que no se había encogido desde el colectivo, creció con fuerza, llegando a incomodarme e incluso dolerme un poco. Miré fijo hacia la cámara, asegurándome que mi rostro se viera correctamente. Luego volví a enfocarme en su cara. Mordía su labio inferior y tenía nuevamente levantada su ceja derecha. Bajé mi vista hacia su short, que desabrochó despacio. Debió notar mis ganas de conocer la ropa interior que llevaba puesta ya que el cierre lo bajó en forma deliberadamente lenta. Poco a poco fue quedando al descubierto una bombacha rosa con florcitas. No había bajado sus pantalones más allá de sus muslos cuando sin poder ni querer controlar la tentación acerqué mi nariz a su entrepierna, aspirando por primera vez su embriagador aroma. Inmediatamente después le di un suave mordisco a su zona íntima provocándole una amplia sonrisa y un dulce gemido. Acarició mi cabeza en señal de aprobación y terminó de bajarse el jean. Cuando empezó a bajarse su bombacha mi miembro dio otro ...
... brinco, empezando decididamente a dolerme. Moví mi mano para acomodarla, quedando la punta sobre mi pantalón y cubierta solo por mi camisa. Antes de que pudiera acercarme a besar su conchita me frenó con una mano. Volví a mirar a sus ojos que nuevamente señalaban su teléfono. Con mi vista enfocada en el mismo levantó mi camisa y acercó la cámara al excitado pene. Una vez que soltó mi ropa se sentó al borde del sillón con las piernas levemente abiertas y yo me lancé desesperado a lamerla. Mi lengua recorrió su interior juntando y saboreando todo lo que podía de sus jugos. Primero se rio ante mi reacción y después dio un grito de placer. Ya saciada mi sed desaceleré mis movimientos orales, sin separar mis labios de los suyos por más de un segundo y lamiendo entera su vagina. El cambio de ritmo fue bien recibido y dio comienzo a una serie de gemidos cada vez más largos y de mayor volumen. La música que emitía su boca me pareció el más maravilloso de los sonidos. Luego de unos minutos comenzó a mover sus caderas al tiempo que me agarraba la cabeza con sus dos manos y me apretaba contra su ser. Concentré entonces mis lamidas y chupones en su clítoris, provocando nuevos gritos de placer y que se agarrara fuerte de mi pelo. A pesar del dolor no estaba en mis planes detenerme. Seguí ocupándome de ella hasta que emitió el grito más fuerte que le había escuchado y sus movimientos cesaron. Una vez finalizado su orgasmo continué lamiéndola provocando nuevos gemiditos y risitas de ...