1. Zumbándome a la abuela Clotilde


    Fecha: 03/09/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Aldebaran, Fuente: CuentoRelatos

    La abuela Clotilde no es mi abuela, pero es como si lo fuera. De hecho ha sido como la abuela de muchos chicos de mi barrio. Cuando hace años no se llevaba que los abuelos cuidaran a sus nietos, ella siempre estuvo ahí, con nosotros. Yo perdí a mis abuelas casi recién nacido y por eso tuve una unión especial con ella.
    
    Recuerdo las tardes en que íbamos a su casa y nos tomábamos la merienda allí.
    
    Luego con los años entendí que muchas veces era que porque nuestros padres querían quedarse solos en casa haciendo el amor y nos mandaban a jugar con nuestros amigos y acabábamos en casa de Clotilde.
    
    Nos lo pasábamos muy bien charlando de cosas del colegio, de las chicas o chicos que nos gustaban y como hicimos piña entre nosotros y nos unimos aún más de lo que ya lo estábamos.
    
    El tiempo pasó y algunos compañeros dejaron al barrio y se mudaron a otras partes de la ciudad. Yo todavía sigo aquí.
    
    Ahora Clotilde ya es abuela. Tiene por lo menos 75 años aunque le gusta arreglarse como si tuviera 20 años menos.
    
    Una vez a la semana le llevo la compra a casa. Desde que murió su marido hace 5 años he tomado la costumbre de hacerlo, porque aunque se encuentra bien de salud y es activa, me gusta recordar los buenos momentos que pasé en su casa cuando era pequeño.
    
    Me prepara siempre un vaso con cacao y galletas como hacia entonces.
    
    -Como echo de menos a los chicos, me dice ese día en que le he llevado la compra.
    
    -Si. Ya no queda nadie de nosotros en el barrio. Le ...
    ... contesto.
    
    -Anda, tomate el cacao y las galletas.
    
    -Están buenísimas. Le digo mojando una en la leche.
    
    -Estoy reuniendo recetas antiguas para hacer unas galletas todavía mejores. Me comenta subiéndose las gafas en la nariz y repasando unas hojas viejas. Puede que la semana que viene tenga alguna receta nueva. ¿Vendrás el lunes?
    
    -Claro, abuela Clotilde. Dime que necesitas y te lo traeré.
    
    -Ah, pues, se queda pensando un momento. Un poco de canela y más harina. Creo que con eso tengo todos los ingredientes.
    
    Se giró para apuntar las cosas y en ese momento me fijé en sus caderas que se marcaban con esa falda que llevaba. La verdad es que para su edad estaban bastante bien y también me fijé en su trasero. Era grande y la verdad me sorprendió que me hubiera gustado. Nunca hasta ahora la había visto como mujer, solo como si fuera mi abuela.
    
    Pero ¿en qué estoy pensando? Clotilde me saca 55 años y ¿cómo me iba a atraer una mujer de su edad?. Deben ser tantos vasos de leche con cacao que me tienen confundido, jajaja.
    
    Me despido de ella y me voy.
    
    En casa están mis padres cuando llego. Andan ocupados con sus cosas y desde hace meses no pasamos mucho tiempo juntos por culpa de su trabajo.
    
    Les saludo y no les cuento que he estado en casa de Clotilde porque tampoco creo que me escucharan. Hablan del trabajo y de cosas por estilo. Me voy directamente a mi habitación.
    
    Saco un álbum de fotos de cuando era pequeño y las repaso. En la última hoja hay tres fotos que nos ...
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