Zumbándome a la abuela Clotilde
Fecha: 03/09/2024,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Aldebaran, Fuente: CuentoRelatos
... Siempre me ha apetecido hacerlo contigo allí.
¿Siempre le ha apetecido hacerlo conmigo? ¿Y desde cuando? Pensé.
No puedo hacer nada. Y tampoco pongo resistencia. Ella me lleva de la mano al salón y yo no reacciono.
Me sienta en el sofá mientras deja caer la bata sobre la mesa del salón.
Se quita el sujetador y sus dos enormes y caídas tetas se liberan.
-Anda, chúpamelas bien. Solo así te dejaré probar mi coño.
Me empeñé en chuparla hasta que se humedeciera bien. Está excitado, como loco y me entregué a la pasión.
Alterné como me gusta entre un pezón y otro y así estuvimos un buen rato, ella de pie y yo sentado mientras se iba humedeciendo, cosa que aprecié por la mancha que apareció en sus bragas y no porque me hubiera dejado tocárselo.
Cuando ya no pude más, mi polla ardía, intenté hacerla una cubana, pero ella no me dejó. Insistió en que le siguiera comiendo los pechos y los pezones.
-Abuela, tengo el rabo a punto de explotar. Le dije. Déjame correrme y después te follo bien.
-No cariño. Verás lo que voy a hacerte. Querrás correrte dentro.
Luego se dio la vuelta y se bajó las bragas hasta los tobillos, pero sin dejarme tocarle el coño. Me tuve que conformar con amasar sus nalgas gordas como si amasara la masa de una pizza o de unas empanadillas.
Cuando terminé estaba a punto de reventar. Mis huevos estaban cargados a tope y a punto de disparar.
Ya por fin Clotilde se subió sobre mi y fue clavándose la polla muy despacio. Entró como si ...
... nada. Su coño peludo me rodeaba. Me extrañó que a su edad lubricara tan bien, pero luego me dijo que se había preparado antes de que yo llegara y se había untado con lubricante por el coño. Además se había vuelto a excitar después de mucho tiempo al descubrir mi corrida en el suelo de su baño.
Al poco de empezar a subir y bajar yo me corrí. No duré ni cinco minutos. Estaba tan caliente que no puede aguantar demasiado.
Pero Clotilde siguió cabalgándome. Así con el lubricante y mi corrida la penetración era mucho más fácil y además se deslizaba como pocas veces cuando había follado con chicas de mi edad.
Solo se oía el pluf, pluf, del roce de mi polla al entrar y salir. Clotilde no gemía, solo respiraba acompasadamente y se apoyaba en mi pecho para darse impulso.
Yo la miraba como embobado mientras seguía el movimiento de sus tetas subiendo y bajando con cada cabalgada que me daba.
Intenté cambiar de postura y terminar encima de ella sobre el sofá, pero no me dejó.
Siguió un rato más hasta que noté como su coño me apretaba aun más fuerte y termino corriéndose elevando algo el tono de voz.
-Me corro cariño, me corro, me corro, me estoy corriendo, después de tanto tiempo con una polla. Aaaah.
Entonces explotó su orgasmo y echó la cabeza hacia atrás.
Mi polla medio flácida por la corrida anterior ya estaba erecta hacía rato de nuevo y entonces fui yo el que empujó hacia arriba con las caderas para follármela y que ella no hiciera más esfuerzo.
No tuve ...