Siempre estaré para ti, Marian (9)
Fecha: 04/09/2024,
Categorías:
Grandes Relatos,
Autor: WadeHolden, Fuente: CuentoRelatos
Pasó el tiempo, me gradué de abogado en la UCV, acto al que fueron Marian y Salvador, para acompañarme. Ella estaba eufórica, se le notaba la satisfacción de verme ya graduado. Apenas bajé del estrado diploma en mano, me dio un abrazo de los de ella, apretado y un beso en la frente. Me miraba directo a los ojos y me dijo:
-Estoy orgullosa de ti, mi amor. Ahora eres todo un abogado de la república y un hombre de bien, hecho y derecho, como la carrera que cursaste. Te deseo muchos éxitos profesionales, de aquí en adelante. – luego, al oído me dijo: -recuerda siempre lo que resultó ser tu padre. Nunca lo emules.
Del acto nos fuimos los tres a cenar a un restaurante acompañados de Licht, que no tenía familia en el país y luego al Pent House a celebrar. Allí hicieron acto de presencia una pareja de compañeros que provenían del interior y cuyos padres no pudieron venir al acto, por falta de recursos.
La pasamos de lo mejor, entre tragos y anécdotas. Por previsión, Marian les dijo a la pareja de compañeros que se quedaran en la habitación de huéspedes y a Licht que se quedara conmigo, en mi habitación de siempre. Esa noche hubo sexo a granel en casa de Marian, pero cada pareja por separado.
Yo ya trabajaba con el profesor Sanoja en su Bufete. Ahora, ya graduado, me ascendieron a Abogado Junior, lo que significó un aumento salarial bastante adecuado y unas perspectivas de desarrollo profesional agradables.
La relación con Marian y Salvador era muy normal. Yo evitaba ...
... atosigarlos, mantenía mi distancia, pero ella me pedía que cenara con ellos en casa una vez por semana y así lo hacía, la más de las veces, para complacerla. Pero me resultaba incómodo estar tan cerca de ella y saberla de otro hombre. Pero en fin, ella era feliz y eso era lo más importante. Salvador había sido un sujeto más que conveniente para ella, la trataba como a una reina y la satisfacía. Se podía notar con solo verla.
Lamentablemente, la felicidad, para algunas personas, es efímera. Una noche, mientras me disponía a montar a una bella chica en mi apartamento, escuché repicar el teléfono, llamada que no quise atender. La dejé repicar, pero me di cuenta que tenía nuestra clave, tres repiques, cortar, tres repiques. Era Marian, así que atendí:
-¿Aló?
-Mi amor, te necesito con urgencia, ven a buscarme, parece que Salva tuvo un infarto y está en terapia intensiva. No tardes…
-Ya salgo para allá, tranquilízate, por favor.
-Miriam, ha habido un problema, al esposo de mamá le dio un infarto, tengo que salir urgentemente. Te puedes quedar aquí, si quieres o te vas para tu casa. Aquí te dejo las llaves de repuesto. Me voy… -le dije a la chica que estaba conmigo, que era mi secretaria, con quien, gracias a Dios, tenía bastante confianza.
Al llegar donde mamá, me estaba esperando en la puerta del edificio. Se subió al carro y partimos de inmediato a la Clínica La Floresta, donde lo habían llevado. Al llegar a la UCI, hablamos con una doctora que nos dio la mala ...