Siempre estaré para ti, Marian (9)
Fecha: 04/09/2024,
Categorías:
Grandes Relatos,
Autor: WadeHolden, Fuente: CuentoRelatos
... visibilidad. Había mucha neblina de día y de noche. Por suerte, mi auto tenía luces blancas halógenas y dos Carello amarillos para la niebla.
Al llegar al hotel al día siguiente, con un día que parecía de una película nórdica, quedamos gratamente impresionados por la belleza del sitio y del hotel y los alrededores. Nos registramos y de inmediato fuimos a nuestra cabaña, una de las más cercanas al edificio principal del hotel ubicada en un alto en la parte trasera. El carro, estacionado justo debajo, por una escalinata.
La cabaña era una preciosidad. Todo en madera. Un saloncito con un gran ventanal en esquina, con una chimenea de piedras, dos sofás, una mesita ratona, una mesa con cuatro sillas para las comidas y una Kitchenette empotrada en un mueble, por si se nos ocurría cocinar o calentar comida. Luego, una habitación con una cama Quenn con edredones y cobijas como para sudar de noche y un baño fantástico, con yacusi y ducha acristalada. La cabaña estaba dotada de dos grandes calentadores de agua, con bypass, para utilizar uno y si se dañaba, cambiar al otro. Una idea genial, porque allí sin agua caliente, ni de vaina. Y también había un sistema de calefacción en la habitación y baño.
Apenas llegamos, acomodamos nuestras cosas y Marian decidió meterse al yacusi, de una vez. Lo pusimos a llenar y al rato nos metimos, temblando. Una vez dentro, por el sistema de reciclo del agua, se mantenía caliente, hasta salía vapor. Por primera vez desde antes de su matrimonio, ...
... volví a ver a mamá completamente desnuda. Se veía fantástica, más hermosa que nunca. Estaba un poco delgada, pero nada que no se viera bien. Sus nalgas portentosas, mantenían todo su esplendor y sus tetas, un poema. Estaba preciosa.
Ella me dio todo un repaso visual y de pronto, adiviné en su rostro esa mirada coqueta, sensual que ella solía poner y se mordía un poco el labio inferior. No me pude resistir y la besé en los labios, suavemente, como tanteando sus intenciones, hasta que sentí su lengua entrar en mi boca y sus brazos apretarme por el cuello hacia su cuerpo. Durante un buen rato nos estuvimos besando, más amorosamente que otra cosa, hasta que me soltó y mirándome a los ojos, me dijo:
-Mi amor, nos registramos como pareja y eso seremos mientras estemos aquí. Te necesito a ti, a tu pasión, para recuperarme. Quiero ser tuya éstos días que estemos acá. ¿Se puede?
-No sé, creo que tendré que pensarlo unos días, ya veremos… -al oírme decir así, me lanzó un chorro de agua a la cara, con el chaflan de su mano sobre la superficie. Me dijo una grosería y puso cara de niña regañada. Entonces la besé apasionadamente. – No te pongas así conmigo, trataré de complacerte en todo, como siempre. Sabes que será así, entre tú y yo no hay de otra.
-Gracias, mi cielo, tú siempre estás para mí, cuando te necesito... Por cierto ¿y qué hiciste con tu chica, esa con quien estabas saliendo últimamente? ¡¡No me digas que la botaste!!
-No, ella se quedó en mi apartamento, desde ...