1. Mi madre cogiendo con un desconocido (sin retorno)


    Fecha: 05/09/2024, Categorías: Confesiones Autor: Orescarmino, Fuente: CuentoRelatos

    ... que él le dijo que se pusiera en cuatro, ella se levantó y al hacerlo yo rápidamente me fui de ahí.
    
    Estaba tan excitado que quería verlo todo, recordé que desde la azotea podía cruzar al balcón de la habitación de mi madre y desde ahí podía verlo todo con mayor seguridad. Al llegar al balcón me oculte detrás de las cortinas y una enorme planta termino por cubrirme, para completar mi dicha las ventanas estaban entre abiertas y me permitían tener una visión completa de todo. Ahora aquel hombre era el que llevaba el control, su verga se sumía en el culo de mi madre, lo hacía lento y el culo enorme de mi madre rebotaba con el contacto de sus huevos, eso parecía gustarle a ella pues decía «quiero que tus huevos me golpeen el culito». Jamás había escuchado hablar a mi madre de esa manera tan vulgar, pero lo que más me extraño fue ver su cuerpo, en verdad que me excite viendo ese culo tan redondo, grande y sin rastro de estrías; esas caderas anchas, pero bien definidas; ese abdomen marcado y esas tetas que aunque seguían guardadas en el brasier se miraban hermosas. Yo que siempre había visto a mi madre vestida en esos atuendos coquetos, pero mayormente formales. Verla en tanga y brasier, y por supuesto, con una verga en medio de su culo. Jamás pensé verla con sus atributos al aire.
    
    El hombre la tenía completamente empotrada ella estaba a merced de sus embestidas y no se oponía al contrario paraba más el culo y lo abría con sus dos manos ansiosa de tragar verga. De vez en vez ...
    ... una nalgada la hacía gritar lo mismo que los jalones de pelo. La penetración iba tornándose cada vez más fuerte, esa verga venuda iba incrustándose con mayor velocidad y Casandra gritaba con mayor placer « no pares, no pares, más fuerte, más fuerte, entiérramela toda» el hombre acataba y se entregaba a cumplir con los deseos de esa mujer que por momentos se retorcía y parecía perdida en esa realidad que otorga el sexo. El hombre manoseaba cada centímetro de su cuerpo y ella elevaba sus brazos; por momentos le tocaba el abdomen, lo palpaba con fuerza, pero él le sujetaba ambas manos y la dejaba al aire con el rostro metido entre las sábanas. La cama parecía a punto de desplomarse, pero eso ni les importaba pues ellos seguían como perros, ella en celo y él perdido en ese celo.
    
    El hombre paro, estaba cansado y se limpiaba el sudor de la frente. Casandra estaba tendida en la cama y se espantaba el calor con la mano «que rico papi, quieres agua» pregunto ella. No, te quiero a ti» dijo el hombre y la jalo hacia su verga que estaba completamente dura. Como explicar lo que vi. Mi madre ni siquiera dudo en abrir los labios y succionar ese pene que no le cabía en la boca, había visto cientos de veces a esa mujer dar arcadas por cosas mucho más pequeñas que una verga e incluso vomitar, pero ahora se atragantaba con ese pene que de seguro le llegaba más allá de la garganta, y ni siquiera cerraba los ojos, al contrario, tomo al hombre de la cintura y lo presionaba hacía con ella. Él ...
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