Mi madre cogiendo con un desconocido (sin retorno)
Fecha: 05/09/2024,
Categorías:
Confesiones
Autor: Orescarmino, Fuente: CuentoRelatos
... fijamente y mientras más lo sentía más gemía. «Quiero que me destroces, quiero que me hagas tu puta» Al escuchar eso el hombre comenzó a penetrarla con fuerza, ella debajo de él solo brincaba con el vaivén del colchón, sus tetas rebotaban y su rostro se transformó totalmente, una mezcla de dolor y goce se tornó en sus ojos. El hombre parecía poseído y sus embestidas eran las de una bestia, mi madre gritaba tan fuerte que llego un punto en el que me asuste de que algún cristiano pasara por afuera de la casa en ese momento y pensara que estaban matando a alguien.
Mantuvieron ese ritmo por varios minutos, el choque de los cuerpos húmedos, los líquidos de ambos mezclándose y brotando por toda la cama, los huevos golpeando el culo empapado de mamá. Ella no soporto más y soltó un fuerte grito. Vi como esa lluvia dorada bañaba por completo al hombre su verga salió con la presión del líquido mi madre parecía poseída y se retorcía por toda la cama, rápidamente él la sujeto y le abrió las piernas, le metió de nuevo la verga mientras mi madre se contoneaba y se tapaba la boca, él siguió penetrándola con la misma fuerza y rapidez, ella gritaba «¡No pares! ¡No pares! ¡Hay dios mío me vengo!…» y de nuevo un chorro salió a presión, esta vez unas gotas llegaron hasta donde yo me encontraba. El suelo estaba lleno de líquido y la cama estaba empapada, el hombre escurría y mi madre tenía la vagina completamente blanca, ambos sexos goteaban.
El hombre se dejó caer en la cama, era ...
... evidente su cansancio. Casandra, como toda una perra fiel, se le abalanzo a los brazos. Platicaron por varios segundos, pero no pude escuchar. Después mi madre se levantó de la cama y se enredó el cabello con una liga que estaba en la cómoda. Como disfrutaba verla desnuda, ese cuerpo tan espectacular, digno de diosa. Cuando se acomodó el cabello de nuevo se sambutió en la cama. Con ambas manos tomo la verga en reposo del hombre y la comenzó a chupar, no pude ver como lo hacía porque su culo estaba abierto a escasos dos metros de donde yo estaba, su coñito estaba enteramente cerrado y contrario a esto su puchita estaba completamente abierta, después de una jornada de fuerte sexo se encontraba llena de líquidos blancuzcos y mocosos que le escurrían y le goteaban, por uno de sus muslos bajaba una línea de candente evidencia sexual. La mamada duro poco pues el hombre se vino rápidamente, esta vez sus mecos llegaron hasta el cabello de mi madre que se limpiaba con una sonrisa de satisfacción. Ambos se besaron lentamente restregando sus cuerpos completamente empapados, él la despidió con una sonora nalgada y ella se fue con ese hermoso y gordo culo tambaleándose.
Los dos salieron de la habitación y yo aproveche para escabullirme de nuevo a la casa. Al pasar fuera del baño escuche la regadera y de nuevo gemidos, pero ya no me quede a contemplar el desenlace de esa nueva batalla. Salí corriendo de casa y mientras me dirigía a la universidad no dejaba de pensar en todo lo que mis ojos ...