1. Mi semana de castidad cada mes


    Fecha: 07/09/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: DominAma, Fuente: CuentoRelatos

    Hola a todos. Soy pedro1974madrid, el sumiso y propiedad de DominAma y hoy vengo a hablaros de una situación que se repite de vez en cuando, en mi día a día sirviendo a mi Dueña.
    
    Espero que os guste, y os leo en los comentarios.
    
    Por fin es viernes, y después de terminar tres días de intensas reuniones en Ámsterdam, estoy ilusionado por volver a Madrid y poder verla a Ella. Desde que vivimos juntos, no veo el momento de dejar lo que esté haciendo para llegar a casa y estar con mi Ama, y esas ganas de verla son mucho mayores aún por haber estado varios días fuera.
    
    El Cabify me deja en la puerta de casa, y cansado subo las escaleras. Al abrir la puerta está Ella sentada en el sofá, viendo una serie. Se levanta y nos besamos… cada vez más intensa y apasionadamente. Mis manos recorren su 1,59. Ese cuerpo tan bonito y excitante que me hace perder el sentido… y cuando quiero meter la mano por dentro de su tanga, me agarra la mano para decirme:
    
    “Lo siento cariño, pero tenemos la regla”
    
    Me río y le digo que pensaba que tendría un día o dos para poder disfrutarla, pero me contestas que se te ha adelantado un poco. Notas mi cara de decepción e inmediatamente siento que me he equivocado, fruto de la ansiedad y de las ganas de follar con las que venía soñando en las casi tres horas de vuelo desde el aeropuerto de Schipool. Enseguida me dices:
    
    “¿Decepcionado de no poder follarme, princesa?. No te preocupes cariño, vamos a estar los dos igual de frustrados, porque ú ...
    ... tampoco vas a correrte mientras tenga la regla. A partir de este mes y hasta nueva orden, compartiremos la regla para que entiendas lo que significa”
    
    Con una sonrisa abres un cajón del salón y sacas el dispositivo de castidad que compramos juntos hace tiempo. Al ver mi cara de frustración me dices tajante:
    
    “Bájate los pantalones. Voy a encerrar tu ridícula pollita hasta que podamos follar”.
    
    Protesto y te digo que llevo tres días de viaje en los que no me has permitido tocarme, y que aguantar una semana o más me parece injusto. Pero lo único que haces es colocar el dispositivo y guardar la llave, dejándola colgar de tu cuello, mientras me indicas que me acerque a la cocina y me desnude completamente. Me pides que te espere en la esquina de pensar, desnudo y de rodillas mirando a la pared.
    
    No me gusta el tono de tu voz, y me doy cuenta que no debería haber protestado. Te frustra estar con la regla porque necesitas varios orgasmos cada día, y yo, en vez de ser empático con la situación, he sido egoísta buscando mi placer… y soy consciente de que mi actitud tendrá consecuencias e inmediatamente me arrepiento de mi estupidez. Me dirijo hacia la cocina, me desnudo, coloco la ropa doblada tal y como te gusta, y siento que pasados unos minutos que se me antojan eternos mirando a la pared y pensando lo estúpido que soy, tu presencia llena la cocina. Siento tus pasos hacia mí, y me doy cuenta que tus tacones golpean el suelo, cuando antes estabas en el salón descalza. En ese ...
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