1. Mi semana de castidad cada mes


    Fecha: 07/09/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: DominAma, Fuente: CuentoRelatos

    ... momento confirmo que has pasado antes por la habitación para calzarte, y quién sabe para qué más. Aunque conociéndote, y por el tono de voz, intuyo lo que puede llegar a pasar.
    
    Pronto empiezas a hablarme y me dices que no te ha gustado mi actitud. Que te gusta que sea una zorra ansiosa, pero que de ahí a buscar mi placer por encima del tuyo, va un tramo largo, y que hoy tienes uno de esos días en los que las hormonas se apoderan de tu humor y donde no tienes ganas de nada.
    
    “Bueno, tengo ganas de algo”… y entonces, haces una pausa para decir: “Hoy tengo ganas de azotarte y de follarte el culo hasta escucharte llorar, mi amor”
    
    Trago saliva. Sé perfectamente lo que eso significa, porque lo he sufrido en otras ocasiones. Con otros fallos. Con la voz ahogada respondo con un “Sí, Ama… como desees”. Sabes que ese “como desees” viene de la escena de La Princesa Prometida, en la que uno de los protagonistas responde a su Ama de esa forma, queriendo decir “Te amo”, pero creo que no estás de humor para juegos de palabras ni para recordarte escenas de películas, aunque sea una de nuestras favoritas.
    
    Colocas la silla cerca de mí, y agarrándome del collar que acabas de ponerme, acercas mi cabeza a la silla y me dices: “Vamos perra, sabes cómo has de colocarte”.
    
    Desde luego que lo sé. Meto mi cuerpo como puedo por el hueco que hay en el respaldo de la silla, colocando mi pecho sobre el asiento, y quedándome encajado, con las manos a ambos lados de la silla y con el culo ...
    ... expuesto para ti. Entonces te veo de reojo. Noto que llevas puesto el strap grande y que en tu mano tienes la fusta, el látigo de cola y el flogger. También noto que estoy empapado y que de mi ridícula polla enjaulada sale un chorro denso y viscoso de líquido preseminal. Te das cuenta y espetas con voz firme:
    
    “Qué puta eres, Pedro. Me encantas… lástima que hoy no vayas a disfrutar. Y seguramente tampoco yo. Sabes que no me gusta castigarte si no es dentro del juego, pero hoy no habrá juegos y no estoy de humor, así que procura que tus grititos no traspasen la mordaza”
    
    Colocas la mordaza de bola en mi boca. Es roja con agujeros. Te gusta el contraste de mi collar negro, con el cuero negro de la mordaza y la bolita roja en mi boca… y los agujeros harán que mi baba cuelgue por mi barbilla en cuanto empiece a intentar respirar aceleradamente. Eso me humilla… y cuando estoy humillado, ambos nos excitamos, aunque sé que hoy mi excitación se quedará en eso. También sé que te vas a excitar pegándome y follándome, pero eres estricta con eso. No te gusta penetrarte ni que nadie te penetre cuando tienes la regla, así que quizás te masturbes masajeando tu clítoris en la ducha, aunque eso siempre te deja a medias.
    
    Sin mediar palabra, siento el primer latigazo en la parte baja de mi espalda. El sonido me advirtió apenas unas décimas de segundo antes de sentir cómo mi piel recibía el impacto y un golpe de calor instantáneo se apodera de mí. Aguanto el gemido como puedo, pero antes de ...
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