Doña Gadea
Fecha: 12/09/2024,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Rosa1972, Fuente: CuentoRelatos
... hacer, todo me estaba permitido, me senté a su lado y bebí y jugué con sus tetones hasta que ya no salía leche de ellos, me comió el chocho de nuevo pero esta vez le pedí que me lo hiciese con la mano, quise ver qué tal se le daría hacerme una paja y volví a correrme, con más placer todavía.
Sabía que ella estaba ansiosa por un orgasmo, yo llevaba tres aquel día y ella ninguno, pero hice como que era muy tarde y había que dormir. Me miró como un perrito y le dije que se pusiese la faldita plisada que había llevado todo el día, cuando me di cuenta se había puesto también mi camiseta de tirantes, me la estaba destrozando, pero me daba igual, a ella le quedaba aún mejor.
Empecé a meter mi mano bajo la falda, ella abría las piernas para facilitarme la tarea de llegar a su coño, pero yo no quería ir al grano, prefería acariciarle el culo, y se tumbó en la cama. Oí un respingo en cuanto notó que mis dedos, llenos de saliva, no iban hacia su rajita sino a su precioso agujerito del culo. Es usted virgen Doña Gadea, le pregunté. No hubo respuesta, solo me pidió que tuviera cuidado. Estuve muchísimo rato masajeándolo por fuera, me ponía muchísimo ver su falda recogida en su cintura.
Cuando vi que el agujero estaba más que preparado empecé a contarle a Gadea lo mucho que me había gustado su hermana el día que la había conocido. Ante todo, para no darle celos, le dije que no era el tipo de mujer que a mi podría enamorarme, pero que me parecía una hembra muy caliente, ...
... utilizaba un vocabulario un poco soez porque mis palabras parecían tener el efecto de relajar su culito, en cuanto tuve el primer dedo dentro empecé a sacarlo completamente y metérselo despacito de nuevo. Le dije lo mucho que me gustaría ver a su hermana desnuda, o al menos en bañador, y lo puta que me parecía. Gadea no decía nada, pero flexionaba su pierna derecha para que su coño se abriese lo máximo posible y yo le prestase atención. La hice esperar un rato mientras ella continuaba boca abajo sobre la cama y yo le acariciaba el culo pero luego volví a meterle el índice por detrás y el medio, anular y meñique se los clave por el coño que parecía mantequilla, ella empezó a jadear y a gemir como hacía siempre, yo seguía hablándole de su hermana, Doña Perfección, y le hice prometerme que me contaría de nuevo su experiencia con ella, también me prometió que invitaría a casa a la asistenta de sus padres para que yo la conociese. Yo metía y sacaba mi mano de sus agujeros, pero ella no se corría, pedía más y más. Se dio la vuelta y se puso boca arriba, dejé el culo y metí toda mi mano, salvo el pulgar, dentro de su vagina, movía mis dedos contra las paredes, la follaba lo mejor que podía, me daba miedo hacerle daño, si me dolía a mí la mano me imaginaba como iba a estar su coño al día siguiente. Si intentaba tocar su clítoris ella protestaba, quería todo mi puño dentro y me lo pedía por favor, mis manos son normales, ni grandes ni pequeñas. Me armé de valor, junté las cinco yemas de mis ...