1. Susan, la gringa de 60


    Fecha: 13/09/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: hecmat20, Fuente: CuentoRelatos

    ... cabecero.
    
    Susan comenzó a bailar sensualmente, sacudiendo su falda de lado a lado mostrando que si llevaba ropa interior color rosada. Subía y bajaba, se le veía feliz y jovial. Mi pene ya estaba completamente erecto y ella seguía provocándome con sus movimientos. Sue se quitó el enterizo color blanco de flores rosadas. Le quedaba bien ese color hacia resaltar sus cabellos rubio y ojos celestes. Ya en sostén y calzón se podía apreciar lo linda que estaba. Su pecho, sus brazos y piernas estaba cubierto de pecas color café. Sus dos pechos eran pequeños, parecidos a lo de Silvia hasta diría que en mejores condiciones. No se le veía arrugas en ninguna parte de su cuerpo excepto un poco en la parte interior de sus antebrazos y manos. Sue tenía una hija de 30, pero no la había amantado de niña, el gimnasio y los genes mantenían ese cuerpo exquisito en buen estado, incluso mucho mejor que la de Silvia.
    
    ¡Que culo que tenía la vieja!!! Era redondo, firme, blanco y pecoso. Sabía usarlo al caminar, era su mejor aspecto después de su cara bonita y pícara sonrisa. No era un culo flaco, ni tampoco gordo. Era carnoso con unas piernas fuertes muy sorprendente para su edad. Ella usaba pantalones anchos para disimular sus atributos, fue una gran sorpresa ver lo buena que estaba. Poco a poco se fue quitando su lencería rosada hasta ponerse de rodillas en la cama.
    
    Estábamos los dos en completo silencio, ella se acercó para sentarse sobre mi vientre jugueteando con la provocación de una ...
    ... posible penetración no solo a su vagina sino a su ano. Una palabra de “OOPS” rompió el hielo, cuando la punta de mi falo chocó contra su ano. Los dos sonreímos para que después ella me pregunte…
    
    -¿Cómo le gusta hacer el amor a tus novias? – preguntó dándome un beso suave y tierno.
    
    -Les gusta duro y violento. Pero seré gentil contigo, tú ordenas hoy. – le contesté sabiendo que ella estaba al mando esa noche.
    
    Sue no había estado con un hombre en 5 años, se le notaba ansiosa hasta se pudiera decir nerviosa. Ella tenía la perversión de pensar que estaba con su hijo y yo con una tía lejana. Entrelazo sus dedos con los míos y se posicionó su vagina en la punta de mi pene. Lentamente Susan bajo para ser penetrada, no había necesidad de manipular mi polla a su orificio. Algo que le gusto a la doña porque sabía que estaba duro y no flácido como lo de su ex que le llevaba 10 años.
    
    Primero entro la cabeza, luego el tronco y de allí se comía ya todas mis 7 pulgadas. Soltó un suspiro al tenerla todo adentro, sus dedos apretaban más fuertes los míos. Se mordía los labios, con los ojos cerrados mientras hacía movimientos circulares sin levantarse. No había ninguna cosa que Susan no haga sensualmente. La cabalgada comenzó, el ritmo era lento tratando de disfrutar cada segundo con el único propósito de impacientarme. Una pícara mirada la delató.
    
    Ya con mis manos libres, pude tocar esos maravillosos senos. Suaves y duros excitándome más con cada sentadilla que Sue me daba. Sus ...