El hijo de mi vecino me hizo click
Fecha: 18/09/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: JesyPanty, Fuente: CuentoRelatos
... yo. Así podía investigar con más facilidad. Hasta que llegó el día que me pidió una foto o video más sexual y erótica.
Nos fuimos los dos a la par con fotos. Yo me saqué el sostén y le mostré mis senos. Y él me los alabó. Luego él, me mostró sus pectorales, llegando a su pubis. hasta que él me muestra toda su verga más erecta.
Él, al igual que yo, estábamos calientes. Fue entonces, que puso su cámara y se filmó mientras se acariciaba su gran verga erecta. Fue cuando me tuve que tocarme suavemente mi conchita para bajar algo la adrenalina.
Esa noche fue la más terrible, porque llegué a soñar con esas imágenes, y anduve varios días pensando en todas las tonteras que estaba haciendo. Fueron sueños muy húmedos. Llegué a pedirle sexo a mi marido. Y eso sí que es extraño en mí.
Los chats los fui acortando hasta desaparecerme un tiempo.
En casa evitaba verlo.
Pasaron 2 meses y la situación en mi bajó a niveles casi normales.
Con esto de los retiros de dinero que dio mi gobierno, para ayuda por el COVID, el papá de Martín se compró un campo a 40 minutos, en pleno bosque nativo, y ha estado parando una cabaña. Martín lo ha estado ayudando algunos días.
Nosotros con mi marido, aprovechamos cualquier fin de semana largo para arrancarnos a unas cabañas cerca del campo, a 20 minutos, y lo hemos pasado a ver por el día, ya que no tiene aún habitaciones habilitadas, solo una carpa para 4 personas, bien equipada.
A dos semanas de navidad, nos arrancamos ...
... nuevamente con mi marido, a nuestras cabañas de arriendo, y pasamos a ver a mi vecino y su hijo Martín. Estuvimos un viernes los 4 hasta bien cerca de la madrugada. Después cada uno para su cabaña.
Al otro día, nos volvimos a juntar al medio día para un asado. Terminando de comer todos, suena el celular de mi vecino y le informa su señora que una de las casas que arrienda su suegro estaban entrando a robar. El suegro y su señora andaban en la capital visitando a sus parientes.
Mientras tanto, mi marido se ofreció para acompañarlo en su auto que es más rápido y además estaba sin materiales de construcción como el del vecino.
Y nos dejaron solos, Martín y yo.
El viaje iba a ser de ida y vuelta, siempre y cuando no se complicara.
A las 15 horas partieron los dos. Y nosotros quedamos ordenando. Luego fuimos a caminar al río, a unos 500 m de ahí, entre bajada y subidas, y entre bosques.
Yo traje toalla y traje de baño, pero todo quedó en el auto. Así es que fuimos solo a tomar algo de sol. Yo con mi vestido veraniego, mis tenis, pantimedias y mi ropa interior. A ratos salía fuerte el sol, a lo que Martín aprovechó de darse unos buenos chapuzones.
Y yo mientras miraba ese cuerpezote, se me venían las imágenes de aquel Instagram. No pensaba en nada más. Bueno, en verdad, se me pasaban miles de ideas de cómo agarrarme a este dulcecito. Pero el saber que nuestros hombres podían llegar en cualquier momento se me pasaba.
Como Martín se cuida su piel, llevó su bloqueador ...