1. El hijo de mi vecino me hizo click


    Fecha: 18/09/2024, Categorías: Infidelidad Autor: JesyPanty, Fuente: CuentoRelatos

    ... solar y por supuesto me ofrecí a echarle solo en su espalda. Después que él se echara en su cara, le dije que se acostara boca abajo en la toalla, y yo me encaramé encima donde termina su espalda. De a poco me fui corriendo hasta llegar a sus nalgas. Por primera vez siento partes semi íntimas ajenas en una de mis zonas erógenas. Cabalgué suavemente sobre esas nalgas, no sé si fue movimientos reales o fue una sensación mía. Cuando estaba a punto de decirle que ya estaba listo, Martín se da vueltas y siento su verga rosar mis nalgas. Y asustada me salí como un resorte. Pero eso me dejó hot, muy hot.
    
    Estuvimos 1 hora más y emprendimos el retorno. Ya eran las 18 horas y aún teníamos algunos rayos de sol entre el bosque. Con la calentura que llevaba, camino arriba forcé un enredo de una rama entre mis piernas, a medio muslo, y le pedí ayuda a Martín que me salvara las pantimedias. Martín no dudó en arrodillarse y meter mano, sin antes pedir permiso. Sus instrucciones fueron muy delicadas y certeras. “Tía, debe separar más sus piernas, sino se van a romper, además no podré meter mi mano”.
    
    Con esta frase me dejó más loca.
    
    Al llegar a la cabaña, llegamos a sentarnos y a beber algo helado para refrescarnos. Nos quedamos en la mesa un buen rato. Ya estábamos con algo de alcohol en nuestros cuerpos, él con 3 cervezas y yo con 2 mojitos, esperando que llegaran los machos. Después del tercer mojito y su quinta cerveza, suena mi celular y mi marido me dice que deberán quedarse ...
    ... en la casa del suegro para cuidarla, y que al otro día compraban los materiales para reparar y reforzar las zonas dañadas.
    
    El tema no me complicaba por quedarme sola con él, sino por todas mis cosas de aseo que no tenía en esos momentos, ni pijama.
    
    Por lo tanto, quedábamos solo los 2, y tuve mayor motivo para hacer lo que tenía que hacer. Y di libertad a mi cuerpo. La calentura me llegó como un gran golpe.
    
    Al cortar la llamada, le comenté los demás detalles a Martín, y teníamos que prepararnos la cena de hoy y el desayuno de mañana.
    
    Nos pusimos a calentar carne que quedó del almuerzo, unas ensaladas y terminamos con más cervezas y mojitos.
    
    Ya a las 10 de la noche, empecé a tocar el tema que a él le interesaba, según nuestros chats. Y a Martín le costó soltar el tema, pues él no sabía que yo era su nueva amiga del Instagram.
    
    El tema no se dio como yo pensaba. Así es que pasaba al Plan B, hacérmela cansada y adolorida, para irme a acostar. Pero como la cabaña no tenía baño, había que ir al bosque, y a esa hora tenía que ir acompañada. Martín me acompañó algunos metros de ahí, y me separé solo un par de metros, pero a oscuras no se veía mucho. Al tratar de volver donde él, volví a fingir otro enredo. Martín entre risas se volvió a arrodillar, pero esta vez no preguntó nada, y metió sus manos más de lo que debía meter, rosándome varias veces mi caliente conchita.
    
    Al zafarme otra vez, nos fuimos a la carpa muertos de la risa, tambaleándonos en cada árbol del ...
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